lunes, 14 de septiembre de 2009

Hoy no fumo y mi ahijado tampoco.

Hoy ha dejado de fumar uno de mis seres más queridos.  Esto me llena de alegría y por qué no decirlo, también de orgullo.
Cuando dejé de fumar y empecé a leer sobre esta adicción me sorprendió descubrir que las posibilidades de dejar de fumar se multiplican si algún amigo de alguien de tu entorno lo ha hecho, aunque esta persona ni siquiera sea un conocido tuyo. Parece ser que los comentarios que genera un fumador que lo deja van mucho más allá de lo que uno puede suponer.
Una de las cosas que me hacía especial ilusión era pensar que gracias a mi esfuerzo no sólo pudiera conseguir una mejora en mi salud, que también fuera para la gente que quiero.
Tres años antes de que yo lo dejara, lo hizo mi padre y poco después uno de mis mejores amigos, uno de esos fumadores empedernidos con un carácter nervioso que parece imposible que paren antes de morir. Ni uno ni otro me presionaron para que yo los imitara , algunas veces lo sugerían, otras simplemente se limitaban a comentar lo bien que se sentían y lo fácil que les había resultado.
Lo que quiero celebrar hoy es que es posible que gracias a las personas de mi entorno que dejaron de fumar yo pueda disfrutar de mas años de vida y pueda compartirlos con la gente que que me es imprescindible,  como este ahijado mío que me ha traído hoy aquí y que es posible que también tenga una vida más larga.