miércoles, 31 de diciembre de 2008

CICLOS

Hola a todos.
Ahora sí se viene una celebración con la que me siento bastante más cómoda que con la Navidad, no porque la Navidad me joda, sino porque el Año Nuevo me gusta. No es que me gusten los balances, ni los amontonamientos en los supermercados, ni los embotellamientos. Pero me gusta el Año Nuevo porque me gustan los ciclos. Los ciclos me gustan cuando empiezan, cuando terminan y cuando van por la mitad, también me gustan. Porque no sé ve ninguna de las dos orillas, y entonces hay que remar, nomás, sin tanto larái larái.
Sin dudas que este año que pasa será memorable para mí por muchas razones, como el temblor inesperado del capitalismo, por una crisis increíble e inexplicable que se sostuvo acá en la Argentina, por algo que me divirtió muchísimo que fueron los zapatazos para Bush. No me digan que no fue divertido. Y que ganara Obama, también.
En lo personal también ha sido un año plagado de pequeños hitos que un día serán las efemérides del 2008. El año en que volvió el Negro, el año en que nació Manuel, el año que pintamos la casa de azul, el año en que hicimos el primer Simposio, el año que etcétera, etcétera. Pero ustedes ya saben que para mí 2008 será para siempre jamás el año en que dejé de fumar. Y también saben con quiénes pude hacerlo y compartirlo. Al fin que ni Obama ni Bush se enteran, ni mi presidenta. Y si bien me han visto rabiar y engordar, la familia y los amigos no saben verdaderamente lo que ha sido dar la pelea a brazo partido, comerse las uñas, las falanges y después lo muñones pero no volver a tocar un cigarrillo. Ustedes son al fin los que saben que tenía miedo de tener miedo cuando me atacaron las primeras ansiedades, y son los que saben y no sólo saben, sino que estuvieron ahí, peleándola ustedes mismos también con garra y con mucho sentido del humor, con cariño, con fuerza, y con paciencia. Y con rigor.
La verdad es que ni me acuerdo de cómo fue que se me ocurrió no volver a fumar, pero me acuerdo perfectamente de cuánto me ayudaron ustedes en el camino. Los que venimos del orfanato, los que empezaron a llegar después, los que desaparecieron en el camino, todos. Y entonces es raro, porque no puedo ponerle cara a los nombres, y posiblemente nunca nos veremos o sí (si el Euro se me aquieta un poco, perdón, los visitaré, no se salvarán) pero son ustedes, unas personas de las que en abril ni sospechaba su existencia, las personas con las que he compartido la historia más fuerte de mi año, de muchos años.
Lo que queda entonces por delante es brindar con ustedes y agradecerles, de esta manera extraña que es la virtualidad, porque han sido mis más cercanos en mi más compleja – a veces buena, a veces horrible - conquista del año. Y han sido unos verdaderos y buenos amigos. Salud. Y por el 2009, claro. Gabriela

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Feliz navidad... (sí, habéis leído bien)

Aviso general: Al terminar esta entrada me he dado cuenta: 1. de que es larguísima y 2. de que seguramente no os interesa ni lo más mínimo, así que... 3. podéis no leerla y pasar directamente a los comentarios, o bien 4. pasar directamente del asunto e ir a cualquier sitio menos a fumar... Besos.

Queridos todos:

Os escribo desde el fondo de la cueva donde hiberno junto con un par de osos que andan escondidos de las escopetas y algunos monos de algunos de vosotros que aguardan el momento idóneo para irrumpir abruptamente una vez más en vuestras abstinentes vidas. Me he hecho muy amiga del mono de Berto, que está el tío contentísimo porque Berto le va a dar el tercer grado en breve y de todos es sabido que a un mono le das el tercer grado y ya lo has visto. Por suerte, el ADSL aquí es excelente y me permite leer vuestras desdichas e inoportunidades casi diariamente aunque a veces no conteste. Cosas de la luna, de las oscuridades de estas cuevas, qué sé yo, cosas del andar nocturnal y distante de los asuntos mundanos, distraída y con pocas palabras, de dedicarme básicamente a mimar mi propio ombligo, tan desatendido últimamente, y a explorar mi mismidad a oscuras, que es como se explora la cosa en condiciones (sois unos mentes sucias).

El caso es que ando hilando y enlazando tonterías o no y tejiendo con ellas el paño con el que me abrigaré este invierno y le tocaba ya el turno a la tontería de las navidades, que a todos nos da algo de ganas de fumar. Su majestad El Jazz va a comprarse una bicicleta y es una excelente manera de atajar el asunto por lo sano (y tan sano) pero el problema es que servidora tiene dos y tampoco las usa mucho, así que como solución personal, descartada queda.
Así que mirad, en mi tónica presente de dejar que las cosas fluyan con naturalidad y sin impaciencias, he decidido dejar de oponerme a los festejos. Asumámoslo, somos minoría. Y además de tapadillo, que vamos todos a los eventos con la sonrisa puesta como el que más a pasar el rato lo menos mal posible. Cobardes. Gallinas.
Diréis alguno, es que yo sí que tengo motivo gordo para tener fobia a las navidades porque tal día como un (por ejemplo) 26 de diciembre se murió mi abuela (esposa/madre/amante...). Sí, bueno, ya, y yo también. Cuánto lo siento. Y qué. Lo pasamos mal, y no tenemos porqué seguir pasándolo mal eternamente en la misma fecha. ¿Y si hubiera sido el 17 de marzo? Parece que jode menos, ¿no? Pues no, jode igual.
Otros diréis, es que yo soy más ateo que Cristo (paradoja) y me revienta la mercantilización de un rito que, para más inri (doble paradoja), es una imposición de la iglesia católica. Además de sometidos a Roma, vivimos sometidos al corteinglés y bla, bla, bla... Que sí, que yo también, y al final acabas haciendo algún tipo de cena especial en nochebuena con tu familia nata o innata como todo el mundo. Este motivo admite distintas modalidades, pues a algunos católicos también les toca muchísimo la moral lo de la mercantilización y la pérdida de los valores cristianos, etc. Pues lo mismo nos digo a todos, si vamos a cagarnos en el asunto, lo hacemos consecuentemente, pero si sólo vamos a despotricar, pa eso mejor nos tomamos unos cavas y nos echamos unas risas con los compañeros de trabajo. Cada uno que se monte la fiesta según sus in/creencias.
Y luego está el motivo más extendido e inexpresable, el del vacío innominado (este concepto es de la escuela Gabi-Tabi), la obligación de estar contento cuando no se está, la constatación de que tu familia, ideas, afectos, modo de vida, no se parece ni de lejos al estándar que se impone este mes e incluso a veces lo contradice abiertamente, el hecho de que en muchas familias no se reza por la paz en el mundo sino para que cierto sujeto no vuelva a casa por navidad y se pudra en el infierno que le toque, y se discute con los suegros para que no le hagan regalos sexistas a la niña, por un poner, o el vacío que deja la hipocresía del amor al prójimo en una mezcla ecléctica de altruismo, filantropía y caridad de domingo por la mañana que sólo nos sale cuando se nos pide desde un anuncio de turrones... En fin, que no nos faltan motivos para aborrecer las navidades, está claro.
No sé a vosotros, pero a mí todo esto me da unas ganas locas de echarme un pitillo.
Pero mirad, he decidido ayudarme un poco y jugar en mi propio equipo, lo que incluye no quemarme la sangre por estas cosas sino disfrutar lo que pueda de cualquier situación. ¿Quiere eso decir que voy a ir a la misa del gallo el día 24 o a montar un belén en la entrada de mi humilde morada? Pues no, claro, pero canalizo mi frustración al respecto de un modo constructivo como por ejemplo lanzándome a la burocracia de la apostasía, que cuesta mucho pero se consigue (sí, queridos amigos creyentes, para los no creyentes este es un acto constructivo). Ya está, decisión tomada. Puedo no volver a alterarme por ello.
¿Quiere decir que me voy a abandonar al consumismo navideño? Pues tampoco. He decidido apoyar un amigo invisible en mi familia con un tope de 20 euros, por ejemplo. Tomada esta decisión, pensemos en otra cosa.
Otro estresor, la lotería. Juego 10 euros en el décimo de mi trabajo. Y se acabó. Al que insista le daré toda la asertividad de la que soy capaz.
Otro, la dieta. No es para tanto. Hace dos años adelgacé cuatro kilos entre el 1 de diciembre y el 15 de enero. A nada que me proponga ir por el mes con algún dedo de frente no engordaré ni un gramo. Si queréis pistas, descargad mi dieta, que está en documentos. Sólo se trata de hacerla los días que no haya cachondeo y de dejar pasar un par de horas entre la comida y los dulces los días que sí lo haya.
Y neutralizados estos estresores navideños, ya me puedo relajar y disfrutar del tema. Mañana tengo copa y cena, el sábado no recuerdo bien qué, pero algo tengo también. Y así hasta el 7 de enero.
Por otra parte, últimamente he dado en pensar en la importancia de los ritos afectivos, de establecer cosas como, por ejemplo, comer con tu familia el primer viernes de cada mes, o todos, o los domingos, o con tus antiguos compañeros de aquel trabajo donde hicísteis piña, o allá como cada uno lo establezca para que sea un día esperado con ilusión y no con aburrimiento ni sensación de obligación absurda, así que no voy a oponerme al aspecto ritual de la navidad este año, lo he decidido. Su dimensión, significado e intensidad, los decidiré yo misma.
Pero ¿qué celebrar? ¿Y por qué ahora y no otro día? La mayoría de las religiones del mundo establecen sus ritos y fiestas en torno a los ciclos naturales del calendario astronómico, que determinaban el calendario de las cosechas y, por lo tanto, de las actividades de las sociedades entonces agrícolas. Por ejemplo, mayas, aztecas, celtas y arrianos y, en general, las religiones anteriores al cristianismo en Europa, celebraban el solsticio de invierno, es decir, el día con menos horas de sol del año, día a partir del cual las horas de luz aumentan hasta el solsticio de verano. En su simbología religiosa y en distintas versiones, este día simboliza el renacimiento del sol, deificado para casi todas ellas, el comienzo de un nuevo ciclo. El cristianismo sincretizó esta y otras fiestas y situó el nacimiento de su dios en esos días, y esto es lo que celebramos en los países de influencia cultural cristiana.
Así pues, ¿por qué no celebrar el comienzo de un nuevo ciclo? A mí me revienta la falta de luz del otoño, me pone huraña y me manda a las cuevas de los osos, así que estoy que doy saltos por saber que, a partir del 21 de diciembre, la cosa va a mejor. Es cierto que me lleva a evaluar el último ciclo y que debo hacer un ejercicio de benevolencia hacia mí misma y quedarme con lo positivo, con que no fumo, señoras y señores. Pero también puedo proyectar planes hacia el futuro y despreocuparme del típico propósito de dejar de fumar propio de estas fechas. Puedo reafirmar mis afectos de cara al nuevo ciclo y por eso voy a celebrarlo con las personas a las que quiero, mi familia, mi pareja si se deja, mis amigos...
Una vez resueltos los estresores y reafirmados mis proyectos, no le veo problema a las navidades ni ansiedad alguna que me lleve a recibir visitas del mono, así que en un rato me puedo ir a tomar unos vinos, que he quedao.
Amigas como Gabi, Magui y Diane llevan un rato pensando que en sus latitudes celebran el solsticio de verano, es decir, la plenitud del (dios) sol y no su renacimiento y que a ver qué narices celebran entonces... Amiguitas, son desajustes de la invasión/evangelización de los indios (o de lo-s-indiós, que decían aquí los curas antes de que yo naciera y a veces después). Pero no importa, el razonamiento emocional, queridas mías, es el mismo.
Y ahora entenderéis mejor cuando recibáis mi felicitación navideña. Si queréis vomitarle encima podéis hacerlo, estoy de un humor excelente. ¿Acaso no se ha vuelto Berto un converso feliz del tabaco? Pues yo de las navidades, ala.
PD1: Como no tenía ganas de discutir hoy, he escrito en masculino. La próxima, ya sabéis lo que toca.
PD2: La vela, sí, navideña, pero con más chicha. Porque sigue siendo mejor encender una vela que maldecir la oscuridad...

domingo, 14 de diciembre de 2008

Angustia navideña?

Buenos dias de domingo!!!!

Mucho me ha costado decidirme a escribir en el bloc. Leer os leo siempre que puedo y eso pasa muy a menudo. Llegó un momento en mi proceso de dejar de fumar que dejé de necesitar consejos y apoyo diarios de otros compañeros en mi situación.
Llevo ya más de 5 meses sin fumar (julio/diciembre). Se consigue, claro que sí. Eso equivale a 2700 cigarrillos no fumados i 427 euros ahorrados, respiro mejor, no ando acongojada por no tener un paquete en el bolso, el cafè sabe buenísimo y no huelo a caimán, huelo siempre a vainilla..... Pero llevo unos dias que sin más ni más me asalta el deseo/recuerdo de quemarme la tráquea com el paso del humo de un cigarrillo rubio y recuerdo el momento en que se me quedaba líquido el cerebreo de tantas horas sin aspirar nicotina y me viene el deseo de tener el colocón que todos conocéis.
Digo yo si no será la angustia de las fiestas que estan a punto de empezar, y que no me apetecen en absoluto. Intentaré esquivarlas tanto cómo pueda. La angustia de acabar otro año que no me ha ofrecido todo lo que esperava de él..... Y si empiezo con el tema de la economia doméstica.... ya es para el suicidio rápido sin pasar por la nicotina.
Mi terapeuta me diria que tengo que darle la vuelta a este planteamiento negativo que no me es provechoso en ningún sentido. He estado dándole vueltas y vueltas, però lo único que se me ocurre es invertir los 427 euros en una bicicleta nueva y un candado (en mi pueblo las bicicletas no ruedan, vuelan!!!!). Salir a correr cada dia un buen rato y olvidarme de tanta tonteria que seguro sólo està causada por la inactividad del cuerpo.
Mucha ayuda no pido.... Yo misma me doy las soluciones. Pero creeis que apetecerme fumar de esta forma rabiosa, a los cinco meses de dejarlo, es normal?

jueves, 11 de diciembre de 2008

Qué contento estoy porque ya no fumo.

¡Hola a todos!¡ He vuelto y sigo sin fumar! Cosa, como todos sabéis muy fácil y muy satisfactoria especialmente en USA, donde fumar es poco más o menos bajarte los pantalones en público y defecar. Y así debe de ser, porque no hay ni un solo motivo para permitir que un sitio público una persona haga un vertido de sustancias contaminantes. Es muy molesto si eres un fumador. Hace tres años quise morirme y me sentí perseguido por esos grandes protectores de la moral pública y adalides de virtud. Pero cuando se tiene razón, se tiene razón y si quieres fumar eres muy libre de hacerlo en la calle o en tu casa si los que viven en ella te lo permiten. Y si has decidido dejarlo se agradece no tener que comprender las debilidades a las que a cada uno le lleva su adicción. Entonces se ve bastante claro que una persona en pijama que se pone un abrigo encima para salir a fumar un cigarro a una noche gélida es de todo menos libre.
Y esto suena a fumador arrepentido de esos que persiguen a los que fuman como los campesinos a Frankenstain armados con sus aperos de labranza, pero creo que es verdad: ningún adicto debería de tener la sensación de que fumar en un sitio cerrado donde otra persona no lo hace es un ejercicio de libertad. Y preguntar si a la otra persona no le importa, abusando de su educación ( porque negarse es ser un grosero y un estúpido) es lo mismo que decirle, me importa muy poco lo que pienses pero ahí va ese pedo.
Si: soy un fumador arrepentido. Si, que me crucifiquen en esos divertidos blogs de defensores del tabaco en los que yo mismo habría colaborado hace ocho meses con sangrantes comentarios. Pero que sepan que mi pareja y yo hemos pagado los billetes a Nueva York, San Francisco, y los Angeles a España con lo que sumaba el contador del quitómetro. Beneficios de salud y otras cosas más difícilmente medibles a corto plazo, a parte.
Me encanta haberme arrepentido ¿y si caigo otra vez? A ver quien me quita lo bailao.

martes, 9 de diciembre de 2008

El miedo al fracaso

Creo que desde que abrimos el chiringuito no hemos hablado de este asunto, que es una de las milongas que más nos contamos para postergar indefinidamente el día D. Por lo que voy viendo, el miedo al fracaso se presenta en fumadorxs que previamente han intentado dejar el tabaco una o dos veces y han recaído, como por ejemplo una servidora.
Tras dos períodos de varios meses sin fumar, tenía la sensación de que volver a intentarlo era volver a pasarlas igual de putas, total, para volver a recaer un poco más adelante, con la consiguiente pérdida de tiempo, energía, esfuerzo y consideración propia que esto traería consigo. Daba por sentado que el tabaco me superaba y que intentarlo otra vez sería causa segura de llanto y crujir de dientes. Volver a caer sería la demostración palpable e indiscutible de mi condición de víctima que ha perdido el dominio de sí misma, y para lxs que estamos acostumbradas a comernos los lagartos crudos, no hay peor etiqueta que esa. Mientras se vive en la incertidumbre del próximo resultado aún hay un resquicio de autorrespeto. Lanzarse al día D conlleva el vértigo de perderlo.
La cosa es que en estas lides te cuentas de todo, como por ejemplo que no puedes decepcionar a lxs amigxs que te han aguantado tantas histerias y abismos personales, a tus hijos, con sus pequeños e inmaculados pulmones, a los millones de ojos que te observan,
a Espinete, a Don Pimpón y a la gallina Caponata. Pamplinas todas. Lo que no podemos soportar es decepcionarnos a nosotrxs mismxs una vez más.
Pero resulta que ese yo que nos pide explicaciones y nos llama fracasados es un/x adictx que vive con el miedo a perder su dosis definitivamente. Cada vez que nos encuentra pensando en dejar el tabaco nos tira un dardo envenenado con alguna tontería de este tipo. 'Para qué lo vas a intentar, si ya sabes que no vas a poder, y luego lloras... Anda, quédate aquí sin hacer nada que va a ser lo más seguro' Esa es nuestra propia voz aterrorizada y adicta. Esa es una parte de nosotrxs mismxs que YA nos ha perdido el respeto. Y digo yo que si no hay respeto no puede haber interlocución, y sin interlocución no puede haber diálogo... Así que... dejemos de escuchar a esa parte de nos de una puñetera vez y tratémonos con el respeto que nos merecemos. ¿Quieres dejar de fumar? Pues empieza a hacer los trámites y ponte un día. Sin más.

sábado, 29 de noviembre de 2008

VACUNAS

Y la vacuna anti - vacío ¿Para cúando? Porque con esa ya no tendríamos que ser adictos a nada: ni al trabajo, ni al alcohol, ni al juego, ni al amor, ni a dolernos, ni a sentirnos alegres, ni a nada.
Como la Naranja Mecánica, pero de amplio espectro. ¡Esa sería una verdadera revolución! y no una gotita de mierda en la punta de una agujita de mierda.

Y la del sida ¿Para cuándo? Y la anticorrupción ¿para cuándo?
Vacuna anti - tabaco. Joderse. Con el mundo que se viene abajo de la mugre...
Editado en 1/12/08 por LTF
Perdona, Gabi, que me inmiscuya en tu entrada, pero es que no me cabía esto en el comentario... Con todo cariño:

viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Vacuna anti-tabaco?

En los últimos 8-10 años, cada vez se conocen más las bases de por qué una persona se vuelve adicta. Eso es muy importante ya que permite buscar y fabricar los medicamentos que bloqueen las causas de esta adicción.

Toda la base está en el cerebro. El del fumador crea unos receptores que se unen con la nicotina y producen una sustancia conocida como dopamina, que es la responsable que el fumador obtenga el placer de fumar. Posiblemente, en los próximos 5 años se va a poder utilizar una serie de fármacos que den la oportunidad a esos pacientes que tienen grandes problemas para dejar de fumar.

Un ex-fumador tiene esos receptores dormidos; en el momento en que vuelve a fumar un sólo cigarrillo, estos receptores despiertan y se activan. Por eso se estudia como bloquear esos receptores y engañarlos. Se investiga conseguir una molécula idéntica a la nicotina y que bloquee los receptores.

Las grandes indicaciones de las vacunas de nicotina serían: los adolescentes, para evitar su adicción al tabaco y el fumador a largo plazo, que en determinadas situaciones no se sabe gestionar sin un cigarrillo.

El tabaco tiene múltiples sustancias, pero la única adictiva es la nicotina y que no causa ninguna enfermedad relacionada con su consumo. Por eso la vacuna no controlaría los niveles en sangre de nicotina y con ello, el mono físico de esta sustancia. Para ello, se deben dar parches o chicles de nicotina y una vez superada esa fase, vacunar al fumador.

La vacuna está en una fase inicial de investigación y quedan muchas preguntas por contestar. En el momento que se empieza a comprender las bases que hacen que una persona sea adicta, pueden aparecer vacunas para otras sustancias como la cocaína.

Fuente: Vivir mejor

Última actualización de la noticia: 03/10/2008

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Los propios vacíos


Hace unos días escuché (y vi) accidentalmente esta conversación:
- El año pasado conseguí lanzarme a dejar el tabaco y… (bajada de mirada, chasquido de lengua, movimiento de negación con la cabeza) ...fue mucho más costoso de lo que había imaginado…
- Ya, y te encontraste con todos tus vacíos (cierre de ojos, chasquido de lengua, movimiento de afirmación con la cabeza).
Al margen del contexto simbólico de referencia, ese que puede dificultar la interlocución al punto de incluso impedirla, me llamó la atención la naturalidad con la que la interlocutora 2 parecía entender lo que había detrás del gesto, pues había más en el gesto que en el verbo, de la interlocutora 1. También puede ser que yo me confunda, me traiga la conversación a mi propia experiencia, e interprete cosas que no son pero me da que no.
Esta metáfora del vacío, o sea, esta metáfora de otra metáfora y aquí ya me pierdo, me ha suscitado muchas ideas que pensaba escribir, aunque luego he optado por no hacerlo y dejar que a cada unx le diga lo propio (o no le diga nada).

Medir la dependencia: Test de Fagerström

El test de Fagerström es el instrumento más útil, de los que disponemos en el momento actual, para medir el grado de dependencia física que los fumadores tienen por la nicotina. Se trata de un test de 6 preguntas con respuestas múltiples. Dependiendo de la respuesta que cada fumador dé a cada una de las preguntas se obtiene una determinada puntuación. Si el sujeto tiene entre 0 y 3 puntos (fumador ocasional), se dice que su grado de dependencia es leve; si obtiene entre 4 y 6, el grado es moderado (fumador habitual), y si tiene 7 o más, su grado es severo (fumador dependiente). Se ha demostrado que los fumadores con más alta puntuación en el test necesitan tratamiento farmacológico para dejar de fumar y que existe relación directa entre la puntuación del test y el desarrollo de enfermedades asociadas al consumo del tabaco.
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Este test es una escala profesional utilizada en la práctica clínica para valorar la dependencia al tabaco.


Instrucciones: A continuación se muestra un test con 8 apartados. En cada pregunta has de elegir una sola respuesta. Cada respuesta puntúa de 0 a 2 puntos, que coincide con el número que hay detrás de cada opción. Mientras realizas el test, has de sumar los puntos que obtienes al contestar cada respuesta elegida. La suma final es el resultado que has obtenido en el test y se corrige al final de la página.

Responde el test de forma sincera, es a ti mismx a quien ayudas con tu propia sinceridad.

1. ¿Cuántos cigarrillos fumas al día?

< 15 0 puntos
16-25 1 puntos
> 26 2 puntos

2. ¿Qué cantidad de nicotina contienen tus cigarrillos?

Baja (< 0,5 mg) 0 puntos
Media (0,6 a 1,1 mg) 1 puntos
Alta (> 1,2 mg) 2 puntos

3. ¿Inhalas el humo?

Nunca 0 puntos
A veces (de vez en cuando) 1 puntos
Siempre 2 puntos

4. ¿Fumas más frecuentemente por la mañana que por la tarde?

Sí 1 puntos
No 0 puntos

5. Tiempo transcurrido desde que te levantas hasta que fumas el primer cigarrillo:

Al despertar (menos de 30 minutos) 1 puntos
Después de desayunar (más de 30 minutos) 0 puntos

6. ¿Qué cigarrillo te produce mayor satisfacción o te costaría más suprimir?

El primero del día 1 puntos
Cualquier otro 0 puntos

7. ¿Fumas cuando estás enfermo?

Sí 1 puntos
No 0 puntos

8. ¿Fumas en lugares prohibidos (hospitales, cine, metro)?

Sí 1 puntos
No 0 puntos

SOLUCIONES AL TEST

Una vez sumados el total de puntos que has obtenido en el test, verás que tu resultado se encuentra dentro de alguno de los siguientes apartados:

Puntuación total de 0-4 puntos: Dependencia baja o ausencia de dependencia; tú no tienes un habito tabáquico establecido y no tienes dependencia a la nicotina. Aprovecha el momento para abandonar el tabaco por completo, ya que fumar ocasionalmente es un factor de riesgo para iniciar una dependencia a la nicotina.

Puntuación total de 5-6 puntos: Dependencia media o moderada; tu dependencia a la nicotina es intermedia o moderada. Aprovecha el momento para abandonar el tabaco por completo. El consumo de tabaco de forma intermitente es un factor de riesgo para establecer una dependencia severa a la nicotina.

Puntuación total de 7-11 puntos: Dependencia alta o muy alta; tienes una dependencia a la nicotina severa. Es importante que te plantees abandonar el tabaco ya que produce serios problemas de salud.

Recuerda que los resultados del test tienen un valor orientativo y no pueden reemplazar una valoración completa realizada por un psiquiátra o psicólogo en una entrevista clínica convencional. Si quieres tener una mayor certeza sobre el resultado, consúltanos por e-mail o acude a tu psiquiátra de referencia.

Fuente: Web Psiquiatría y Psicología

martes, 25 de noviembre de 2008

CASI DE SORPRESA


Hola a todos.He andado un poco lunar y medio loca. Las tiroides no me han estado ayudando, ni el estrés de fin de año, ni ná. Pero básciamente, las hormonas locas me tienen aceleradísima el 90 por ciento del tiempo, y después me dejan planchada el 10 restante, y con ganitas de llorar. Pero bien, como trabajr se trabaja, hace un rato sentada acá frente a mi PC, tuve una revelación del propio Admin. y su Quitómeterrrrr. Escuchen:No fumo desde hace 7 meses, 1 hora y 5 minutos. En este tiempo he dejado de fumar 6.421,36 cigarrillos y me he ahorrado 1.284,27 PesosLa verdad es que no me he sentido especialmente feliz en estos días, y de chequeo en chequeo, he llegado a suponer que dejar el tabaco me descontroló un equilibrio de mierda, pero equilibrio al fin...No me retes Auriga, que estoy muy sensible y ya se que puede ser la trampa para vovler a fumar. Pero también me lo ha dicho el endocrinólogo, que dejar de fumar de golpe, de 30 diarios a 0, a veces altera status quo glandulares y otros varios. Igual, lo otro que quería decir es que a pesar de los malestares físicos y los manoseos médicos y la falta de un buen diagnóstico y esta lloradera de a ratos, estoy feliz de no fumar. Muy satisfecha. Y aunque todavía oficialmente me falten cinco meses , les puedo asegurar ya mismo en este instante, que nunca más me doy una seca. Así nomás. Nunca más. Abrazo a todos, y volveré cuando esté más estable, jjja. Que locos sobran ya en este pisito. Porque no escribiré, pero tampoco les pierdo una entrada...Tabi. Ya iba a lograr yo algo matandome de hambre, si ¡no funciona no funciona!

Editado por LTF: Ilustración cortesía de servidora...

jueves, 20 de noviembre de 2008

Fumad cuanto queráis, pero...

Cada uno es muy dueño de hacer lo que le dé la gana, pero ayer me dijo Barak confidencialmente, cuando le llamé preguntándole que qué tal con el señor Zapatero, que esto es lo que están preparando la Asociación Universal para la Erradicación del Tabaco de Massachusets.

Recaed y fumad si es vuestra voluntad. Pero el que avisa no es traidor.

Cantemos todos. Perdona a tu pueblo señoooooor...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La administratriz

Se están produciendo últimamente ataques de elementos incontrolados contra nuestra administradora.
Todo el mundo dirá que con lo santa y buenísima que es ella cómo puede haber gente tan despiadada por estos mundosdediós.

Pero es que todos tenemos nuestra vida anterior a la actual como no fumadores, de las que seguimos teniendo que rendir cuentas.

Vean aquí, acompañada de sus queridos felinos, a nuestra admirada administradora cuando era la madame más distinguida de una casa de divertidas costumbres del Madrid de los Austrias.
Y claro, luego dirán que el pescado es caro...

martes, 11 de noviembre de 2008

¿Así quién iba a dejarlo?


(Los labios que toquen el alcohol no tocarán los nuestros)
Campaña a favor de la prohibición legal del alcohol en EEUU, 1919.
Conclusión libre.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Fumadorxs militantes: Maldita Sea

Esta entrada es sólo para recomendaros encarecidamente la lectura del blog Maldita Sea, diario de a bordo de una nueva fumadora no practicante desde el 22 (?) de octubre, así que está ternita ternita. Haciendo honor a la hospitalidad que caracteriza a esta casa (a veces correspondida y a veces no), he corrido rauda y veloz a invitar a Maldita a pasarse por aquí y tomarse un cafelillo de esos que prepara CLJ.
Maldita escribe como habría escrito yo tras dos semanas de abstinencia, o sea, cagándose en la mar salada y jurando en arameo mientras clama al cielo por qué, Señor, por qué YO y en nombre de qué imprescriptible deuda kármica me tiene que tocar dejar de fumar precisamente a MÍ, con lo feliz que estaba yo con mis Ducados, mis charlas de café y mis cañitas con los amigos cigarro en mano.
Como aquí todxs tenemos un pasado, me he llevado de gratis unas sanísimas risas al leer "He estado mirando páginas y foros de exfumadores, por si podía encontrar algo de comprensión. Decepcionante. Parecen todos una banda de conversos a la nueva secta del aire puro. Igual de fanáticos e igual de cursis." ¡Me encanta Maldita! Comprenderéis que tuviera necesariamente que invitarla a un café. Claro, que igual entra aquí y le parecemos el colmo del almíbar, que nosotrxs nos creemos muy del norte pero luego en cuanto una publica una vomitona de más... en fin, corramos un estúpido velo a este respecto.

Y cuando cuenta que ha encontrado a alguien normal también es absolutamente genial: "Se llama extrujado y fuma. Ducados. Claro, así cualquiera es normal. Yo también lo era." El blog de Extrujado es la mar de curioso también, pero nosotros sólo podemos visitarlo a partir del año de abstinencia porque da muchas ganas de fumar. Si vais no digáis que no os lo advertí.

Pensé en escribir una entrada para ella sobre la inconveniencia de seguir siendo fumadora militante una vez que has decidido dejarlo y te has puesto a ello. Pensé hacerlo desde la legitimidad que me daba el hecho de haber sido fumadora outsider y militante como Maldita pero claro, ella qué sabe de mi vida, le parecerá una perorata almibarada de una fumadora conversa y sectaria. (Esta postura es del género bobo porque tú misma te estás haciendo la cama, Maldita, y ya es bastante jodido dejarlo cuando estás convencida como para encima boicotearte a ti misma, que lo sé de buena tinta). Quería yo escribirle sobre eso pero, mirad, no estoy inspirada y en el fondo ya recogía lo que iba a decirle en mis dos últimas entradas, que me repito más que el bacalao.
En fin, a ver si el resto estáis más puestos y le desmontáis alguna cosilla pequeña así para empezar (con mimo, Auri, que todavía es pequeña). Yo mañana me inspiro un poco más, lo prometo.
PD: En algo tiene razón: Somos una secta, la Orden Milenaria de la Boca Grande (y fresca), cuya Asamblea Constituyente declaró formalmente inaugurado este blog el 22 de julio del corriente.

jueves, 6 de noviembre de 2008

De película

En quince días estaré en Estados Unidos así que supongo que pasaré una temporada sin leeros. Por mí no se preocupen ustedes porque si hay un sitio que no es tentador para fumar es precisamente ese país.

La última vez que estuve allí hacía un frío espantoso. Mi pareja y yo fumábamos muchísimo así que hacíamos turnos y uno se quedaba dentro con las bebidas y el otro salía a temblequear con un cigarro entre los dedos amoratados. Aquel viaje estuve la mitad del tiempo solo y la otra mitad con ganas de fumar.

Podría parecer una tontería pero mis recuerdos de ese viaje son inseparables de la ansiedad que me producía la “ofensiva persecución norteamericana al fumador”, tan enfadado estuve que recuerdo haber dicho al ver a un señor gordísimo comiendo una hamburguesa que por qué no ponían enormes etiquetas a los envases de McDonalds avisando que su uso podría provocar obesidad mórbida. Ahora que lo pienso yo además de fumador soy mezquino.

Recuerdo la felicidad al descubrir en un entreacto de Tosca en el Metropolitan una terraza en la que se permitía salir a fumar con tu copa, disfruté más el tabaco y del champagne que la ópera.
Una noche, en un bar ya cerrado de unos amigos de unos amigos pudimos fumar mientras nos tomábamos la última copa. Qué placer la clandestinidad, como si me hubiera metido en una película de cine negro y estuviera bebiendo durante la ley seca, casi me veía con el traje de rayas y el sombrero flexible.

En una terraza en TriBeCa después de pagar una fortuna por un Cosmopolitan y darle una propina impensable a un camarero se nos permitió un cigarrillo discreto, pero yo ya había tenido mi momento Sexo en Nueva York.

Si, reconozco que mi peliculismo es tan grave como mi adicción al tabaco y ahora que vuelvo sin fumar tengo miedo a ponerme a bailar en plan Fama en la fuente del Lincoln Centre o a comerme un croissant en Tiffanni’s. Pero de algo hay que morir y mira puede ser de vergüenza cuando me detengan, y a mí me gusta hacer ridiculeces y hay gente que las hace y vive hasta los noventa años, pero sobre todo tengo que decir que ser un payaso no daña el esperma ni produce insuficiencia cardíaca, ni cáncer y además es gratis.

martes, 4 de noviembre de 2008

Fumadorxs outsiders y marginales


El outsider, el del lado de fuera o el del otro lado. El que vive en los márgenes, o sea, el marginal. Pero aunque el diccionario define 'marginal' como "que vive o actúa, de modo voluntario o forzoso, fuera de las normas sociales comúnmente admitidas", lo cierto es que en román castellano 'marginal' equivale a 'marginado', con la connotación socioeconómica más baja del espectro lingüístico lindando con la criminología de la pobreza. Es mucho más atractivo ser un outsider, dónde va a parar. Un marginal no se hipoteca porque no puede, mientras que un outsider no lo hace porque no le da la gana. Un marginal aplaude en los límites del círculo sin atreverse a bailar en el centro porque lo hace como los rinocerontes pero desearía bailar con el desparpajo y el estilazo que no tiene. Mientras tanto, el outsider observa el espectáculo con la misma distancia con la que un antropólogo toma notas sobre una boda kiswahili, pero baila mejor que Cyd Charisse que en paz descanse, por supuesto, lo que pasa es que no se prodiga. El marginal es excluido, el outsider se autoexcluye.
También influye el hecho de que en inglés todo suena más moderno, más cool y más cultureta. Si a un pintor lo califican de marginal es que es un pobre desgraciado que no se come un colín y vive y morirá en la indigencia. Pero si un crítico le dedica el término outsider... ay amigxs, lo acaba de poner de moda. Invertid en el prenda que cuando la palme va a cotizar más que Warhol. Y si es director de cine para qué contaros. El outsider tiene el encanto del rebelde, del original, del auténtico y personal irreductible y distinto a la mayoría. Distinto, o sea, que tiene distinción.

Yo he sido fumadora outsider. De las que entendía que fumar pertenecía al mismo clan lingüístico que palabras como rebeldía, resistencia, incorrección, contracorriente, riesgo., sexo, drogas, rock and roll, negro, niña mala.. Palabras como saludable, sano y deporte son palabras mayoritarias, correctas, blancas, buenistas, antagónicas del tabaco. Yo fumaba porque quería. Porque me gustaba. Y nadie tenía por qué impedírmelo ni por qué insistir en que tenía que dejarlo. ¡Por supuesto! Es que si no quería fumar ni me gustaba y seguía fumando, alguien me habría dicho que era imbécil, y no es plan.

Que sí, que fumar era muy malo y te podías morir. Pues como tantas cosas que matan, desde los accidentes de tráfico hasta los transgénicos. ¿Y a quién le importaba una cosa tan lejana y tan improbable? Con la cantidad de problemas que hay en el mundo y ahora irme yo a preocupar de esa cuestión. Yo soy una persona profunda y rebelde y me preocupo de cosas importantes en la vida como por ejemplo el conflicto árabe-israelí, las garras invisibles de los mercados financieros o lxs niñxs soldadx de la guerra del Congo. Ya me moriré yo de lo que me dé la gana, que todo el mundo tiene sus defectillos y aquí la que no fuma va al bingo.

Y todas esas milongas me contaba mi mono particular para justificar que necesitaba fumar, así que más me valía que me gustase (reducción de disonancias cognitivas, una vez más). Y el caso es que realmente me gustaba esa sensación de paz y calma que me ahuyentaba momentáneamente la ansiedad ... la que me provocaba mi adicción. Me gustaba el territorio oscuro, ese lugar extraño lleno de imágenes poéticas e ideas inquietantes que me existía en algún lugar y al que llegaba a horcajadas sobre una voluta de humo y chasqueando los talones como Dorothy.
Así que yo fumaba porque quería, o porque no sabía relajarme de otra manera, ni llegar al territorio oscuro por mis propios medios, ni charlar en un café sin ocupar las manos, ni casi pensar de otra manera. Pero no porque lo necesitase, ¿eh? Porque me gustaba. No porque no pudiera dejarlo, ¿eh? Porque quería. Ya que fumo, al menos dejadme el discreto encanto del outsider bogartiano, que los fumadores marginales tienen la tendencia antiestética y nada cool de morirse de cáncer entre toses y olores intestinos o vomitan sanguinolentas metástasis que no tienen nada de rebeldes salvo la resistencia a los antibióticos.

Y se puede dejar de fumar y seguir preocupándose por la militarización de lxs niñxs en el Congo. Incluso se puede unx ocupar del asunto.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Es el Estado el que mata. Podemos seguir fumando.


Hace unos días, mi amigo A. dijo en una conversación de sobremesa mientras se encendía un cigarrillo 'eso de que fumar mata es mentira, es un invento del Estado, es el Estado el que mata'. Lo afirmó con un tono pontificio y un gesto vehemente como de maza de juzgado. Seguidamente se levantó muy digno y marchó a traer algo de la cocina. A la vista de su cenicero, humeante y repleto, me quedé pensando en los oscuros mecanismos que tiene la adicción para hacer creer a un hombre adulto e inteligente que puede afirmar cosas como esta con total naturalidad, sin fundamentarlas y sin sonrojarse, pero ni siquiera traté de contradecirlo. En el fondo de su sótano mental, justo debajo del saco de la nicotina, él ya sabe que, sea quien sea el que lo mate, el que se va a morir es él.
Mi amiga J., su señora, me interrogó tímidamente con una mirada de refilón que consiguió mi piedad y le dije en voz baja 'A ver... una cosa es que uno decida seguir fumando y otra distinta es que se haga trampas al solitario...' M. miró hacia la cocina, se aseguró de que A. no podía oírla y me dijo casi en un susurro 'sí, yo también estoy pensando en dejarlo'.

lunes, 27 de octubre de 2008

Mi primer año sin fumar


Hoy he cumplido un año sin fumar. Parece que fue ayer mismo cuando me fumé el último mientras miraba cómo caían las doce en el reloj, la hora que marcaba el gran paso. Y sin embargo se me ha hecho eterno, también. Cierto es que un año sin fumar no es más importante que 350 días o 380, pero para mí tiene un peso simbólico más allá de que sea poco o mucho tiempo. Es un ciclo completo de vida, una maqueta temporal en la que supuestamente podemos vivirlo todo, momentos de prosaica felicidad, de placer, de angustia o dolor, estrés… En teoría, en un año me han ocurrido todas las posibles circunstancias que pueden ponerme al borde de la recaída, por lo que podríamos decir que si he podido no fumar en un año puedo no fumar eternamente, ¿no?

Hemos visto que, una vez pasados los primeros meses de tirones físicos y en los que poco a poco se han ido desmontando las asociaciones al tabaco más habituales, viene una época de especial peligro, de calma chicha, una época en la que se nos olvidan los motivos por los que quisimos dejar de fumar porque ya han desaparecido esos molestos efectos del fumeque. Nos encantaría estar así de bien y además fumar pero, queridxs míxs, el tabaco y el bienestar son como las dos caras de una misma moneda, que no las puedes ver nunca a la vez. Así que hay que elegir, porque si eliges volver a fumar, eliges volver a estar hechx un guiñapo… Y aunque sólo sea por lo que cuesta, que entre las histerias, los quilos de más, las depresiones y los latigazos que se da una, se te quitan las ganas de hacerlo más veces.

Os juro que en este momento no me conozco. Por un lado porque jamás confié en mí misma lo suficiente para apostar nada a que iba a ser capaz de aguantar un año, así que en este momento me doy una gran sorpresa y no me parezco yo misma. Y por otro, porque peso tropecientos quilos más que hace justo un año, y son muchos como para reconocerse tan fácilmente en el espejo. Me gustaría decir que ha sido más fácil de lo que parece pero no, no lo ha sido, a mí me ha costao un huevo de pato y aún no he terminado de evaluar las pérdidas. ¿Otras personas lo dejan fácilmente y sin tantas parafernalias? Pues eso parece, pero esas son otras personas. Yo me siento como si volviera de un año de internamiento en una comunidad terapéutica. Gracias a todxs lxs que me habéis echado un cable en esta ruta, pues a todxs os debo algo importante. Ya sea un guantazo a tiempo, unas risas o una palmadita, el hecho es que parecen estar surtiendo efecto. Está claro que, como todo lo fundamental en la vida, dejar de fumar se lleva mucho mejor en colectivo.

sábado, 25 de octubre de 2008

PREPARATIVOS

El comité defestejos me enomnedó que te escriba estas líneas, sólo para que sepas que estámos bañándonos y poniéndonos preciosos. Que luego recogeremos los regalos y las bebidas y saldremos para allá a acompañar la Víspera.

miércoles, 22 de octubre de 2008

PRIMER MES, PRIMERA BATALLA GANADA

Buenas a todos. Pues sí, ya he llegado a mi primer mes, ni siquiera yo me lo puedo creer, pero es así. Hasta mi maridín nada mas levantarnos me ha felicitado por ganar esta pequeña batalla. Digo pequeña porque visto lo visto esto no acaba mas que empezar y todavía me queda un largo trecho, y unas cuantas batallas que lidiar (como los toros), pero también visto que ahora me causa dolor de cabeza y el estomago se me pone mirando a Lima cuando me viene el olor del tabaco, creo que tengo superado con mucho la adicción física, aunque ahora la que queda casi que es peor, creo yo, ya que se busca muchas triquiñuelas para engañarte y es nuestra propia mente y nuestra adicción. Ahora cuando estoy con colegas y dejan el paquete de tabaco sobre la mesa, las manos se me van para coger el paquetito dichoso, parece que me está llamando con eco y todo, pero yo nada de na, me cruzo de brazos y digo: "de aquí no salís", y aguanto porque entre que me está dando el humo y me empiezo a poner morada de lo mal que me está sentando y el juego de manos que me traigo, vamos que no se aburre ni una sola de mis neuronas que deben de estar como en la Batalla de Trafalgar jeje. Sobre todo, lo mejor ha sido encontraros a vosotros que me habéis dado ánimos cuando había que darlos, chancletazos y guantaas también y romperme la cabeza para ver qué habéis dicho y traducirlo a mi simple y humilde lenguaje y saber si es que me habéis insultado, dado un chancletazo o un abrazo virtual. Y gracias también por aguantarme, que se que a veces es difícil (ainssss, si ya lo se, que me pongo pesadita... pero qué le voy a hacer...ufff). Pues eso, que ahora empezaré a cubrir mi siguiente reto que es el día a día, y así ir viendo como pasan los días sin fumar, y seguro que al final, dentro de 11 meses más estaré como Tabi ahora, a punto de celebrar que ya se me consideraré exfumadora. Que ya no te queda nada a ti, eh?? que no se me olvida, que te estoy comprando los ingredientes para hacerte una pedazo de tartaaaa..... mejor no te lo cuento que si no, ya no sería sorpresa.
UN BESAZO PARA TODOS. SOIS GENIALES. GRACIAS POR ESTAR AQUI Y AGUANTARME.

martes, 21 de octubre de 2008

Vivencias de un fumador que no fuma

Han pasado ya varios meses desde que por circunstancias que todos conocemos se creó este blog; fuí invitado a participar siendo entonces motivo de satisfacción personal aunque realmente y hasta hoy no he participado como tampoco lo he hecho en el sitio del que me fui por no sentirme a gusto. No es el caso de este blog y he de decir que siento esta pizca de vergüenza por mi nula participación. Mi vida laboral ha sufrido ciertos cambios que al final pasan factura a la vida privada y esto es lo que he pretendido evitar o al menos amortiguar; trabajo más, me canso más así que en casa dedico el tiempo primero a mi pequeña hija y después al necesario descanso. Por supuesto he intentado estar al corriente de lo que sucedía por aquí, conectarme es fácil, escribir no lo es tanto especialmente si las letras no son la vocación de uno.

Sigo sin probar calada, he soportado estoicamente toda clase de circunstancias que en mi mente aún enferma por los efectos de la adicción podrian ser una fácil excusa para la recaida, he aguantado bastante bien en parte gracias a las experiencias y consejos expuestos en los foros y blog. Soy de los que piensan que no hay que contemplar la posibilidad de recaida, de suceder es un gran fracaso y como el amigo Auriga pienso que nada de mimos ni palabras como "esta experiencia te hará duro para afrontar la próxima", deberiamos auto-prohibirnos expresar frases como esta que mi entender invitan a la recaida, si recaes malo y chancletazo al canto. Esta manera de pensar y el implicarme en la comunidad virtual a la que pertenecemos han sido mis principales ayudas.

En estos momentos cuando ya hace casi siete meses he de confesar que ultimamente lo estoy pasando bastante mal a ratos, en aquel foro hubiera puesto un seis o un siete en el formulario sobre ganas de fumar, será por algo cíclico o por algún otro motivo que a menudo pienso en el cigarrillo cuando parecía que ya lo tenía bastante superado; en principio las grandes tentaciones son casi siempre en mi puesto de trabajo donde por ley no debería pero que es donde más he fumado en esta vida (sin molestar ya que tengo mi propia oficina con suficiente ventilación; En contrapartida cuando salgo a cenar o a tomar una copitas no tengo necesidad, muchas veces ni tan siquiera pienso en el tabaco y si lo hago es para pensar en lo asqueroso que sabría una caladita. Físicamente sigo sintiendo en estos malos momentos cierto cosquilleo en mis plumones que parece ser están bastante bien después de mas de veinte años de castigo por mi mal hábito, no he tenido ningún tipo de síntoma, no he tosido desde el primer día en que lo dejé, no salgo a correr aunque no dudo en dejar el coche en el garaje para caminar ese kilómetro y pico que recorro de cuatro o seis veces cada día y no me canso como sucedía antes. Engordé un poquito pero nada preocupante, lo de recuperar sabores y olores no lo he notado suena a tópico, paso orgulloso frente al estanco pero sin dar saltos de alegría, en el fondo no soy más feliz que antes si no que el ser un fumador que no fuma es una condición como por ejemplo la de tener que trabajar este día que preferiría quedarme en casa, "que remedio".

Como habéis podido ver si es que alguien ha captado lo que yo quería expresar -insisto en que las letras no son mi fuerte por lo que si no habéis entendido nada es lo normal- empiezo a tener claro que esto va para largo y que lo que conviene es aprender a convivir con esta situación que por otra parte imagino no será para todos igual y por supuesto valorar el lado positivo en su justa medida que no es poco; en estos momentos mis "ejercicios espirituales" consisten en cuando me entran ganas de fumar por ejemplo en recordar aquella ocasión reciente en la que visité al "otorrino" y vi con pena aquellas personas sin voz y a la vez alivio de pensar que tengo bastantes menos números en esta lotería desde que no fumo.


Bueno, ya sabeis que sigo con vosotros y sin malos humos, no se si podré participar habitualmente, lo veo dificil pero espero en siete meses mas poder seguir contando las pequeñas tonterias del fumador que no fuma en este blog.

Fumarse


Fumar no sólo significa echar o despedir humo de tabaco. Se puede uno fumar más cosas, desde opio y anís a etc. Jamás he fumado un etc, y espero seguir así, pero sí me he fumado una clase, la paga del mes y otras cosas.

Es mi deseo que esta nueva entrada sea como las demás, que uno proponga un tema para coloquio y discusión y los demás al unísono y sin lugar a dudas hablen de cualquier otra cosa que les dé la gana. Rogaría, eso sí, que esta vez se obviase el asunto de freír chorizos.

domingo, 19 de octubre de 2008

El mayor enemigo: Nosotrxs mismxs y nuestro subconsciente

Muchas personas deciden dejar de fumar y no lo consiguen. La falta de fuerza de voluntad y el estrés (nunca es el mejor momento), hacen difícil un buen resultado. En las adicciones no hay fórmulas mágicas. Aunque por ley cada vez más fumadores se ven obligados a dejar de fumar es importante tener claro que es una DECISION PERSONAL.

Todos hemos escuchado la gran cantidad de perjuicios en la salud que produce el tabaco. Sin embargo, las personas desarrollan una fuerte relación con sus adicciones y crean respuestas emocionales de todo tipo. Pueden odiar su adicción con pasión y luchar contra ella y a la vez experimentarla como algo que les ha acompañado durante mucho tiempo. Se utiliza la adicción para eludir situaciones, procurarse otros beneficios, se acostumbra a ello y hasta cierto punto se llega a querer esa adicción. Aparecen emociones positivas como gratitud, lealtad, tranquilidad, paz que tienen un papel muy importante.

Los fumadores están acostumbrados a escuchar cosas terribles sobre la mala salud que produce el tabaco. Perjuicios que fumadores o no, conocen de sobra. Racionalmente el tabaco es malo. Pero emocionalmente se está ligado a él y se ha a creado un hábito de fumar. Estos tres puntos, razón, emoción y hábito deben estar en consonancia para poder conseguir el propósito de dejar de fumar.

Identificar motivaciones y beneficios de fumar: Todos dicen que fumar es malo, pero sin embargo nos aporta beneficios a los que nos aferramos para no dejar de fumar. Estos beneficios, en su mayoría son creados por nosotros, debemos detectarlos, analizarlos para saber con que refuerzos y resistencias nos enfrentamos y trabajarlos.

Los miedos y creencias: Impiden dejar de fumar. Bien porque en su momento de inicio fueron importantes para mantener el hábito o bien porque aparecen ante la idea de dejar de fumar: engordaré.. fumar me quita la ansiedad.. creo que no podré dejar de fumar.. tendré mono.. no podré dejar de disfrutar el cigarrillo de después de comer etc.. son miedos y creencias que aparecen ante un futuro sin adicción.

El hábito: Muchos de los cigarrillos que se fuman a lo largo del día no se disfrutan, no se sabe por qué se encienden, e incluso algunos quedan encendidos y consumidos en el cenicero sin reparar en que están allí. Se crean muchos hábitos asociados a fumar, se repite de forma automática el acto de encender un cigarrillo cada vez que se realizan determinadas actividades. Las adicciones deben trabajarse como un comportamiento repetitivo, fuera del control.

Tomado del Blog Dejar de Fumar

que lo ha elaborado a partir de la web de Victoria Cadarso
(Mira que os pongo los links y no me leéis nada, ¿eh...?)

jueves, 16 de octubre de 2008

¿Dejar de fumar puede afectar a la salud mental de los que nos rodean?

Nuestra compañera Mafi comentaba que no se sentía apoyada por su pareja en este asunto de dejar el tabaco, algunos compañeros hablaron del egoísmo de éste hombre y de que estas cosas debería de asumirlas tal y como son o separarse. Todo quedó en una conversación pendiente sobre ellos dos sabrán qué intimidades.
Yo no sé si una conversación sobre la realidad de tu matrimonio cuando llevas dos días sin fumar será una gran idea. Si no te divorcias lo más seguro es que vuelvas al feo vicio, porque síndrome de abstinencia tiene su momentazo entre las 48 y 72 horas, creo recordar. Y venga... reconozcamos todos una cosa, dejar de fumar NO endulza el carácter y durante los primeros dos meses menos.
Mi pareja y yo, que dejamos de fumar casi a la vez. Tuvimos un verano malísimo, en el que concluí que dejar de fumar es bueno para la salud pero terriblemente nocivo para la pareja. Y no es que los problemas los cause el tabaco es que uno tiene una voluntad menos negociadora y permisiva y eso para mantener una pareja es más importante, me atrevo a decir, más que el sexo. Y si encima del mono tengo que oír a mi marido decirme dos tonterías el grito se lo doy a mi marido que el mono no tiene oídos.
Alhuerto comentaba que le resultaba familiar esto de los divorcios durante el proceso de independencia del tabaco.
Por otra parte, si la forma de superar una adicción es reconocer que se trata de una enfermedad, porqué no podemos entender que otros fumadores/enfermos tengan actitudes poco alentadoras hacia nuestro proceso.
Cuando yo dejé de beber una persona muy cercana y querida, que presuntamente también tiene problemas con el alcohol, me hizo algún comentario desesperanzador, alguno lleno de nostalgia de nuestros tiempos de borrachos y alguno agrio porque sin decir nada yo le estaba enfrentando a su propio problema.
Esta persona no es ni mala ni malvada, ni me quiere mal, esta persona tiene un problema severo con esta sustancia y en todo lo que toca con eso no se puede entender si no es tomando el punto de vista de un adicto.
Mi pareja dejó de fumar tres o cuatro días después de que lo hice yo. Lo decidió libremente, pero yo le dije que la cosa no era para tanto y que había descubierto unos trucos para sufrirlo menos. Con todos mis amigos fumadores he mantenido una actitud permisiva y optimista porque estoy seguro de que esta es la mejor forma de que dejen de fumar y esta es la mejor forma de que yo deje de tener que ir a bares para fumadores, preocuparme de si tengo dinero suelto para meter en la máquina o tener que quedarme a la puerta del teatro hasta el último momento a que se acaben el cigarrillo, cosas con las que evidentemente puedo convivir pero preferiría no hacerlo.
Quizá algunos de nosotros, entre los que me incluyo, hacemos de nuestra rehabilitación el centro del universo, y proyectamos sobre los demás nuestras necesidades pensando que tenemos una poderosa razón para ser monotemáticos, nerviosos y ásperos.
En algún momento pensé en decirle a mi pareja que le prefería cuando fumaba, no lo hice porque sabría que él me diría lo mismo a mí y que seguramente entonces volveríamos al tabaco juntos de la mano.
¿Somos igual de comprensivos con los otros fumadores como lo somos con nosotros mismos?

miércoles, 15 de octubre de 2008

Culebrón

En estos días estaría a punto de cumplir 5 meses sin fumar.

Pero no. Me he caído durante el camino 2 veces, de morros, y me he vuelto a levantar con rabia e insultándome en todos los idiomas conocidos.

Por débil, por estúpida, por descerebrada ....... y ahora, de nuevo en el camino, de nuevo sin fumar, intento no pensar demasiado en el tabaco, salgo a caminar por las noches, pedaleo en la bicicleta, sigo armada con mi botella de agua, saco las ganas y los ánimos bajo las piedras y resulta que mi pareja, aún fumadora, me dice al poco de levantarme de la segunda caída que (yo) no puedo pretender que (él) me dé una palmadita en la espalda por cada día que no fumo.

Que es mi decisión, cosa mía, mi historia, mi rollo personal ... que él no tiene "ganas" de dejarlo, que no le vuelva loco con el síndrome de abstinencia, etc, etc.

Curiosamente yo sí me abrazo mentalmente cada día que pasa sin fumar y me digo "venga, campeona, que no se diga. A por otro día más de libertad. El dolor acabará pasando ....".

Pero en los malos momentos le miro, sé que no tengo su apoyo y siento que me ahogo de la ansiedad. En realidad siendo él fumador, me pregunto si no estará deseando que vuelva a estamparme contra el suelo para decir: "¿ves? montas el lío para nada y siempre acabas volviendo. Antes o después, siempre vuelves".

Así que ahora me fumaría un cigarro, le miro, con ojos suplicantes para que me diga que yo puedo conseguirlo y para que se me quiten las ganas de fumar de golpe.

Pero no. Estoy sola.
"Salgo un rato", le digo. Y me voy de casa apretando los dientes.

Aprovecho el mensaje para mandaros un tímido saludo y un abrazo. Ahora mismo no tengo humor para mucho más.

lunes, 13 de octubre de 2008

¿Y AHORA QUIEN SOY?

Es cierto lo de los cinco meses y medio, LTF. Es impresionante pensado como vos lo decís, y también es cierto que -como los partos - uno se olvida pronto de los padecimientos iniciales. Los ataques de ansiedad, las taquicardias, las disfonías, los ansiolíticos, los miedos (¡yo tuve muchos miedos, es verdad, fue tremendo!) y la soledad profunda, de esa dolorosa que pasamos de a ratos los aspirantes a ex fumadores, las ganas reales (las genuinas que en sí mismas pobrecitas no son la monstruosas de la adicción) de disfrutarse un puchito en tal o cual momento, los ataques de ira, los de tristeza, los de llanto. Todo, todo eso que junto es un padecimiento importante, va pasando y por momentos parece que le ha pasado a otro ¿no? Será que uno se olvida, que se parece a los partos porque parimos un ex fumador y eso es un hecho importante para la vida.
Lo cierto también es que como la crianza, el sostenerse parece no terminar nunca. Como una zanahoria en la nariz que va mutando, allá vamos. Y dejamos la botellita de agua que pareció parte de nuestras manos, y dejamos de caminar como locos, y dejamos de dejar ver a los amigos, y dejamos de temer, y dejamos de comer, y reemplazamos por otras maneras, pero como sabemos, siempre alertas. Siempre en vigilia. Incluso, en lo personal, también voy sintiendo a veces hasta un síndrome del nido vacío, cuando hay días que me cuesta menos o me ocupo mucho de otras cosas y queda espacio, creo que hasta me deprime un poquito ya no estar en la euforia permanente de ser una dejadora.
Yo no se si es la adicción solamente. Creo que para algunos de nosotros el hecho cultural del ser fumador tiene un peso que hace al cigarrillo parte constitutiva de nuestra personalidad. Las gentes de izquierdas fumaban, Los intelectuales fumaban. Las mujeres sexy fumaban. Las mujeres independientes, las divorciadas, fumaban. Los artistas fumaban. Los tíos piolas fumaban. Los que resistían en todas partes, fumaban. Ser fumador en un tiempo no era sólo ser un boludo coptado por las publicidades de marlboro.
Ser fumador, al menos en mi lugar en el mundo, también tenía que ver con una manera de ser y de resistir. Y no quiero decir con esto, no soy tan boba, que la ultra derecha no fuma. Pero hay claramente para mí, y para muchos como yo, una asociación importante entre la adicción al tabaco y muchas elecciones ideológicas, éticas y de valores, del mismo modo que las hay a los momentos de placer o de estrés o lo que ya sabemos.
Auriga, por favor, no empieces a gritarme que no voy a fumar para parecerme un poquito a Janis Joplin, ya no. Ni a Frida. Pero hace tiempo quería escribir sobre esto, porque no lo hace positivo. Ni siquiera lo hace mejor o peor. Pero en mi caso al menos, el querer parecerme a mi tía Dora que fumaba unos via appia mentolados, que era la única maestra rural en 400 km a la redonda y se echaba un pueblo al hombro, por ejemplo, tuvo que ver. Y les parecerá mentira, pero a mis 43, todavía asocio bastante su bravura para poder con todo, con aquel cigarrillo que se fumaba en una tranquera, a la tardecita y paradójicamente ¡a escondidas de mi abuela que decía que las que fuman son todas putas!
Anoche hablaba con una amiga y con uno de mis hijos, y ellos no podían creer que hasta hace quince años, acá se fumaba en los hospitales, encima de los bebés, en los colectivos. Les da muchísima risa cuando lo comentamos. Tampoco pueden creerme porque no lo recuerdan, que hace veinte años nos pasábamos el día entero en la playa y sin filtro solar, y que no se hacía cáncer de piel por eso. Lo que quiero decir es que la evolución del mundo, los cambios de paradigmas y las imágenes que reemplazan a imágenes no siempre son el correlato de que algo bueno nos está pasando. Y no estoy dudando de lo bueno que es dejar de meterse humo en la garganta y fuego en los labios. Estoy diciéndome a misma y quizás especialmente a una que yo conozco, que aunque a veces no parezca, es definitivamente bueno no fumar, que no traicionamos a nada ni a nadie por eso, y que sí, Taberna. Volvemos a ser las mismas.
Solo que nos costará un poco, en el estante de la identidad, acomodar el casillero "y también quisiera fumar como...."

Cómo destrozar tu look con Nicoclean




María, 20 años: "Con Nicoclean mantengo mis ojeras bien marcadas y oscuras"
¿Harta de tener tan buen aspecto?

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sábado, 11 de octubre de 2008

Contra las erecciones inoportunas: Nicocalm

Pues sí, amigxs. Después de minutos de investigación y tras arduas reflexiones al respecto que han colocado mi única neurona en el borde de la extenuación irreversible, creo haber encontrado la solución definitiva para todxs aquellxs que se sienten importunadxs por la desconcertante irrupción del deseo sexual en sus pacíficas vidas. Al módico precio de 99,99 € al mes Vd. puede vivir al fin libre de las tentaciones de la carne. ¿Lo sabrán en el Vaticano?

Por ello me decido a romper momentáneamente ese principio no escrito de este blog que prohíbe la publicidad y me atrevo a patrocinar este producto por el bien de todxs nosotrxs. El vídeo está en inglés pero si no pilláis da igual, se entiende cristalina y meridianamente.

¿Las erecciones inoportunas te fastidian la vida?
¿Te impiden dormir, te hacen perder la concentración, molestan a tu pareja?

¿Y estás harto de ese antiestético bulto en los pantalones?

Disponible en Nicomarket tienda online

jueves, 9 de octubre de 2008

Gatillazo mental. No importa, llevo un mes sin fumar!

Pues no me he muerto, compañer@s de fatigas, aunque eso sí, he estado muy cerca de morir de ansiedad y también de matar por un cigarro. Volví de Francfort envuelto en la capa de la victoria y pensando que si había resistido las reuniones, la tensión, el ritmo de trabajo de ese viaje y a mi compañero Ramón al borde del arrechucho y del baile de San Vito podría soportar cualquier cosa. Podéis estar segur@s de que de ahora en adelante no pisaré el aeropuerto sin una buena manta zamorana. Si hubiera tenido una a mano Ramón no habría vuelto tomar los pinchos en su Salamanca natal, pues estaría espachurrado en la acera dentro de la manta como un kebab con salsa picante. No es que me apeteciera fumar al verlo a él, es que ha entrado en una espiral de estrés y tabaco insostenible y contagiosa. Hemos tenido unos días verdaderamente difíciles por cuestiones de trabajo y tanto nosotros como los compañeros de Madrid las hemos pasado de todos los colores. Pero aquí mi amigo se ha pasado tres pueblos e incluso en algún momento he llegado a temer que le diera un infarto o algo así.

El viernes había quedado a tomar una cerveza y picar algo por el centro y quise anularlo porque no tenía energía para pensar en nada más. Lo único que me apetecía era darme una ducha y tumbarme en el sillón a tragarme alguna película intrascendente que me dejara k.o. en cuestión de minutos. Así que llamé a la amiga de una amiga con la que había quedado pero no hubo manera. Que estoy cansado, pues quedamos cerca de tu casa. Que no quiero pensar en nada, pues no hables ni escuches. Que no... pues no. Al final me encontré preguntándole... tú fumas? Y me contestó que no y quedamos. Si me llega a decir que sí, bajo ningún concepto habría quedado, pues una mujer guapa fumando seductoramente entre las luces de un bar es una imagen de esas que sé que me ponen al borde de la recaída (pues sí, lo confieso, me parece muy sexy). Pero me engañó la muy...

Y bebimos y tapeamos y tonteamos y seguimos bebiendo y ella fumaba y yo habría dado uno de mis huevos porque un cigarro no supusiera una recaída. Pero chic@s, es que yo estaba excitadísimo y algo borracho y teníamos feeling y... entonces ella me pone el paquete delante de la cara y me dice "venga hombre, no sufras, coge uno que por uno no pasa nada"... Me quedé pasmado del todo. No, no, le dije yo, claro que pasa. Y ella insistía...!! Que si de algo hay que morirse, que se cagaba en la moda de lo políticamente correcto, y no sé cuántas tonterías más que desgranó una por una como si necesitara convencerme de que no debía dejar de fumar. En cosa de diez minutos se me pasó el pedo, me pareció algo bizca, culibaja y contrahecha y, sobre todo, tonta del todo (y con mala leche, joder!). Así que al ratito me despedí amablemente y me fui a mi casa. Como os lo cuento.

No sé si será verdad eso que decís de que dejar de fumar mejora el temita, pero a mí me tiene de gatillazo mental total.

sábado, 4 de octubre de 2008

El placer de no fumar nunca más (para Gabriela)

Gabi, no sé muy bien cómo poner emoticonos en el blog, pero encontré esto para ti de una amiga tuya. Sabemos que estamos logrando un reto de alta dificultad, sabemos que sólo por eso merecemos el premio a la heroína del año pero no siempre lo sentimos en las tripas. Para mí dejar el tabaco se ha convertido en algo más profundo que conseguir una meta difícil, es como un viaje a Ítaca, o como la lucha contra el dragón. En el camino han surgido mil y una pruebas que superar, situaciones que afrontar, tantas estrategias que aprender, y nuevos problemas y vuelta a empezar. Esas trampas perversas que nos contamos para fumar, ese mono que nos ronda y que lleva nuestro abrigo... Tantas veces que pensamos 'ahora sí que perdimos' y sin embargo aquí estamos. O tantas veces que supusimos que ya habíamos terminado y ganado la partida, y justo entonces nos caíamos de nuevo con todo el equipo. Esos vaqueros que ya no nos caben y nos obligan a demostrar una vez más nuestro compromiso y autorrespeto y a seguir aguantando a pesar de la tristeza de vernos orondas cual mesas camillas y esa nueva pelea con la báscula, también con los agujeros negros del alma que se han quedado a la vista una vez que el humo se ha disipado y la nicotina ha dejado de rellenarnos las carencias... ¡No me digas que no es un viaje iniciático, que parece un paseo por los mitos y las tragedias griegas...!

Pero lo estamos haciendo bien, Gabi, estamos aprendiendo. Estamos aprendiendo cosas nuevas de nosotras mismas y nuestros modos de ser, de estar, de vivir. Reafirmamos cosas que ya sabíamos, como que los logros importantes se consiguen mejor con amigos y que la magia existe y nos pertenece, la magia de construir y de hacer de los no-lugares una salita confortable donde encontrarnos y compartir un mate. Estamos convirtiendo nuestra peor y nicotínica cara en una oportunidad para crecer y solventar nuestras cosillas pendientes, ser más completas y mejor gente (y tener mejor cutis, mejor aliento, los dientes más blancos y el culo más duro, que también es importante, jajaja...).

Sólo siento que el final del camino no esté muy definido, que no vayamos a entrar en Roma como ayer entraste tú en Córdoba, en loor de multitudes y rodeadas de musculosos y bronceados efebos... No oiremos toque de trompetas ni caminaremos por una alfombra roja entre flashes y autógrafos. Nadie nos nombrará por megafonía, no habrá aplausos en ningún anfiteatro, y Javier Bardem no nos entregará ningún premio ni nos invitará a cenar descaradamente, aunque esto último tal vez no deberíamos descartarlo...

No importa, Gabi, porque para entonces habremos aprendido a disfrutar los personales, cotidianos e íntimos placeres que nos brinda el hecho de no fumar nunca más. Gracias por el mate.

jueves, 2 de octubre de 2008

Componentes psicológicos de la adicción a la nicotina




Fuente: Universidad de Sevilla
Autor: Vellisco García, A. Serv. Neumología. CE. Dr. Fleming,
Hospital Virgen del Rocío. Sevilla.

miércoles, 1 de octubre de 2008

COMO? QUIEN? DONDE? POR QUE??

Pues eso, que donde se ha ido todo el mundo, que aquí se os hecha mucho de menos, vuestros comentarios, dichos, cabreos, y todo lo que contamos todos a menudo, incluidos las canciones, poesías de Auri.
Volved a casa que todavía no tenéis la mayoría de edad, y me da miedo que os vayan a atracar y que luego con el berrinche, llegue la mafia del mono y os trinque otra vez.
Con lo que nos ha costado que nos encarrilemos todos por el buen camino, largo y duro pero bueno. Ainssss, que vamos, que se os hecha de menos, que esto está muy triste, hasta el canario ha dejado de cantar, snif snif, y a mi no me da tiempo a tenerlo todo tan organizadito, y limpito, que esta casa es muy grande chic@s.

Veis si es que a mi ya se me empieza a ir la pinza y to, volved a casaaaaaa, snif snif.

Por cierto bienvenidos a todos los que quieran entrar a tomar café, o lo que os apetezca, como si queréis quedaros para siempre, se os puede hacer un huequito. Y los que ya habéis entrado, estamos muy contentos de esos cortitos que nos hemos tomado juntos y que sigáis entrando que nos ha alegrado mucho veros por aquí.

A todos aquellos que por h o por b estáis pasando unos malos momentos, que aguantéis, que sois unos campeones, y que no os dejéis engañar por esa mafia del mono. Qué levantéis el ánimo y a seguir para delante, que a mi me habéis dado una lección y me he dado cuenta de que yo también puedo conseguirlo.

POR TODOS NOSOTROS, LOS MEJORES. (Vamos que de aquí, nos vamos a las próximas olimpiadas)

jueves, 25 de septiembre de 2008

Olas en el pecho



Dicen las buenas lenguas que dejar de fumar se nota. Se nota en el cutis nacarado, el pelo brillante, la expansión de la tesitura vocal y la mejora del timbre de voz, el ademán impasible después de subir cinco pisos de escaleras, el sabor de los besos, y tal y tal y tal... Dicen las malas lenguas que también se nota en los kilos de más, la mala leche residual, la eventual depresión... Los efectos negativos no son fáciles de asumir y contrarrestarlos lleva su proceso y su tiempo, por eso optamos por permanecer juntos en grupos donde se nos entienda y donde los demás pasen por circunstancias similares, dado que a nuestros amigos y familiares ya los tenemos fritos con el asunto...

El caso es que después del último amago de mi mono Amedio, que por el momento no ataca sino amaga muy de vez en cuando, me di cuenta de que debía tomar conciencia punto por punto de todos los cambios positivos que he experimentado después de casi un año sin fumar. Estas mejoras no se notan demasiado pronto, ni repentinamente, ni todas juntas, sino de forma progresiva y a veces hay que estar muy atenta a su aparición porque si no las normalizamos y no somos conscientes del logro que suponen. He hablado de ellas muchas veces, pero anoche tomé conciencia de la más importante de todas: Respiro.

Sí, respiro. Se supone que antes también respiraba porque si no me habría muerto en cualquier ataque de apnea. Pero es que lo de ahora no tiene nada que ver, qué va. Antes, sentía mi aparato respiratorio como un pequeño tubito con las paredes interiores recubiertas de almohadones negros de hollín entre los cuales finísimos hilos de aire luchaban encarnizadamente por alcanzar el torrente sanguíneo, formando el concierto para trompetilla y pito en do menor (alguno diría que tocando a muerto). Y yo pensaba 'es que estoy resfriada y congestionada'. Pues el resfriado me ha durado unos 10 años. Parece mentira las tonterías que llega a creerse una con tal de seguir fumando.

Cada día practico mis ejercicios de respiración y meditación, que es la forma en que combato al mono, la ansiedad, la depresión y la vida en general, y ayer recordé la sensación anterior y caí en la cuenta de que mis bronquios son ahora inmensos, relucientes e iluminados túneles por donde el aire circula libre y limpiamente casi en silencio. Cuando me concentro y presto atención a mi respiración capto en el aire que me circula un rumor como de olas que van y vienen lentamente.

Y supongo que por eso ahora la respiración me relaja y mi organismo está mejor nutrido, no me duele la espalda ni acabo el día muerta de cansancio. Y puedo pensar no más sino mejor y no voy por la vida de una cosa a otra en posición de automático porque estar atenta ya no me causa aquel antiguo estrés. ¿Os acordáis de esa lucecita naranja que siempre me acompañaba? No era el ascua de un cigarro sino mi piloto automático. Pero ya lo he apagado y ahora conduzco yo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

HOY ES EL DÍA

Buenas, después de la 1ª semana con el Zintabac, hoy es el día elegido para dejarlo. La verdad, estoy asustada, nerviosa, pero con ganas. En fin, os iré contando a lo largo de los días como lo llevo. Espero que los king kong no me agobien tanto esta vez y la fauna en general. Que aquí viene muy variada, a veces rastrera como las serpientes y otras veces veloz como los jaguares. Lo que sí que creo es que he aprendido un poco más de mis anteriores experiencias y se por donde me la puede intentar jugar. Y esta vez, le voy a dar jaque mate.
Por cierto, tanto vino de Ribera (de mi tierra), burdeos, taichi o buceo... veo muchas actividades muy variopintas, a lo mejor me animo y pruebo alguna (ahora lo del vino no, que si no la vuelvo a cagar).
LTF anímate, ya vas a conseguir dentro de muy poquito el record. Se que hay momentos en los que parece que el mundo se te va a caer encima, pero tienes que buscar cosas que te motiven para superarlo. Si has podido con la mierda del tabaco, seguro que puedes con esto. Eres muy fuerte, y tu lo sabes aunque a veces no te lo creas.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Echando pulsos al tabaco

Lo que aquí le hemos dado por llamar el mono, el bicho y mil palabrejas más no es sino yo, que, a pesar de todos los inconvenientes que tiene fumar, me apetece hacerlo.
Este comportamiento está muy extendido en el mundo animal, y cuando existe una droga que lo fortalece es cuando resulta preocupante.

Nuestra capacidad de pensamiento no lo impide, puesto que de la misma forma que elaboramos mil argumentos que justifican el rechazo, somos capaces de elaborar otros tantos que satisfagan nuestro deseo. Es decir, el nivel de inteligencia no creo que influya en la gravedad del problema.

Me recuerdo por eso a mi gato. Cuando atisba sobre la mesa una tapa del tubo de patatas Pringle, toma la decisión irrevocable de que ha de ser suya; y como si tuviera un GPS, discurre por debajo de la mesa hasta que su pata aparece sobre ella en el punto más próximo a la tapa. Voy yo entonces y le sacudo un servilletazo al tiempo que le grito con desafuero. Vuelve la paz. Pero transcurridos unos instantes asoma de nuevo la pata, esta vez quizá más cuidadosamente y mirando de reojillo. Renuevo el servilletazo y los gritos. Podríamos estar una eternidad. Así me veo yo, arrastrando la patita hacia el paquete de tabaco mientras me doy servilletazos.

Llego por tanto a la conclusión de que cuando deseo fumar, mi cerebro ha encontrado argumentos suficientes para valorarlo por encima de todos los posibles castigos eternos que por este acto podrían recaerme.

Está claro entonces que es un pulso entre iguales en la que unas veces gana uno y otras otro. El problema es que mientras continúen las refriegas sin que fume, cada vez aumenta más la posibilidad de que gane la parte contraria (es estadística pura).

La conclusión es pues bien clara: debo evitar lo antes posible estas batallas. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Qué sistemas uso para evitar echar el pulso?

Yo siempre he dicho que lo más adecuado es el buceo, sin embargo tenemos a otros que utilizan los pistachos turcos, quien se desloma con el spining. ¿Qué otros sistemas sugeriríamos?