lunes, 4 de agosto de 2008

Impresentable, esto es para ti.

Coco, aquí tienes un detalle para ese encanto de ser humano con el que tienes la desgracia de compartir espacio laboral. Recomiendo impresora a color, tamaño folio, sobre con dedicatoria y tu espectacular sonrisa sin tabaco. "Toma, impresentable. De parte de mis compañeros de blog."
Por cierto, si vuelve a ofrecerte tabaco, se lo aceptas y se lo destrozas ahí mismo. Es más, pídeselo tú directamente y lo rompes tal cual. A ver si al personal se le van quitando las ganas de tocar la moral ajena.

26 comentarios:

coco dijo...

Mola la foto.
Qué cruda realidad esta sala de fumadores.
Muchas gracias Fénix por la interesante foto y por acudir a socorrerme.
Me siento halagada cual doncella
y es que he rejuvenecido al dejar de fumar...me salió acné, buf.

Por cierto lo de romperle el cigarro en las narices es una buena y muy borde idea. También me lo sugirió Berto. Jiji qué malotes, si tengo ocasión la pongo en practica, sólo por la satisfacción de ver su cara.

La Taberna Fantasma dijo...

Me parece que tenemos otro malvado entre nosotros. Jejejeje... Yo me apunto a firmar esa tarjeta, que rule, que rule...

Berto dijo...

Este muchacho es todo un fichaje, je, je, je

Anónimo dijo...

Jejejeje, bienvenido Fénix :)

Anónimo dijo...

En primer lugar, saludos, Fénix.
________

Leo al pie del blog: Esta no es una página contra el tabaco ni contra los fumadores.

Yo añadiría aún más: ni contra los impresentables.

Que dejemos de fumar no va a significar en absoluto que por tan fasto motivo el mundo va a cambiar de medio a medio en un vertiginoso giro de 180º. No. Los impresentables y gilipollas van a seguir estando ahí en igual número y calidad, salvo las modificaciones habituales en la renovación de la especie. El que ahora nos pongan más de los nervios (si cabe) sus ingeniosidades no es debido a que éstas sean más hirientes, sino que estamos más sensibles a ellas.

Somos muy dueños de reaccionar de formar activa e incluso agresiva frente a estos ataques, pero debemos ser muy conscientes hasta qué punto por ello se produce una inestabilidad en nuestras emociones que pueda influir en nuestro deseo de abstinencia. Porque la incomodidad que proporcionemos a los sujetos en cuestión no nos va a aportar gran cosa a nuestro cometido.

Con objeto de ahorrar energías considero más conveniente detenerme a meditar el por qué estoy más sensible, por qué se produce una inestabilidad emocional en mí ante esos ataques y qué remedios tengo a mano para suavizar mi ánimo sin recurrir a un cigarrillo, que NO LO DUDEMOS es exactamente eso (de mil formas encubiertas) lo que estamos deseando como adictos.

Y no olvidemos que si el impresentable es fumador, padece las mismas distorsiones mentales que nosotros a causa de su adicción, y atacar a alguien que está dejando de fumar posiblemente es una reacción muy lógica que la gente sensata reprime, pero los gilipollas, no. Debería darnos, por tanto, conmiseración en lugar de furia.

Sursum corda

PS. Si alguien no está de acuerdo con lo que he dicho me parecerá estupendo. Ahora, eso sí, como alguien vuelva diciendo que ha fumado porque "papá, este niño malo me ha pegau, buaaaa.." mando a La Taberna Fantástica con la chancleta, que está que se le van las manos.

Berto dijo...

Si señor, tienes toda la razón. El pobrecillo malo es fumador y no se le puede tener en cuenta.
Pero... ¿y el placer que produce destripar a uno que viene a chinchar? ¿no es fantástico tener una víctima propiciatoria para disipar el aburrimiento agosteño?
No nos riñas, nos han regalado un muñeco de vudú y le estamos clavando alfileres, no es nada más que un juego inocente, en cuanto le hayamos cortado las venitas y arrancado los ojillos lo dejaremos en paz y seguiremos siendo buenos chicos.

Anónimo dijo...

No, no, no lo dejaréis en paz, que os conozco. La Taberna Fantasmagórica se lo echará a la gata para que lo destripe y desfloripondie. Y luego... ¡ah!, ha sido la gata. La pobre, que lleva toda la vida chupando humareda sin decir ni miau.

Dejemos de buscar cabezas de turco para justificar nuestra adicción. Quien está deseando fumarse vivo en algunos momentos soy yo, y en vez de poner en marcha sistemas para evitarlo. Ejemplo.

a) Salir de la situación de riesgo donde me he metido
b) Empezar a relájame con el pensamiento presente en que cualquier deseo o ansiedad no es eterno, que acabará pasando
c) Ocupándome en asuntos que me distraigan del deseo
d) Seiscientos mil etcétera más.

Pues bien, en lugar de eso, miramos a nuestro alrededor para buscar qué o quién es culpable de nuestra situación. En nuestra distorsión mental puede ser lo mismo el compañero idiota del trabajo como la vecina tocando a la armónica una canción de Bob Dylan (en este caso puede ser más justificable). Cuando por fin lo encontramos, cargamos todas nuestras energías contra él, mientras nos vamos preparando para fumarnos el justificadísimo cigarrillo, que era donde queríamos llegar.

Si un día decido fumar, lo primero que haré será eliminar todas y cada una de las posibles justificaciones del acto que voy a realizar. Después con parsimonia litúrgica encenderé el cigarrillo perfectamente consciente de que la decisión está siendo plena y absolutamente mía y que estoy adecuadamente capacitado para no hacerlo, pero MI enfermedad-adicción me está llevando a realizar este acto. Los lamentos, culpas, llantos y quejidos posteriores, serán, por tanto, improcedentes.

Quizá, entonces, no fume...

Anónimo dijo...

Y toda esta historia nos viene por nuestra judeocristiana actitud mental, que diría La Tasca Fastuosa, que es más apóstata que no sé qué.

El maligno nos tienta a los pecadores hijos de Eva. Como el maligno es tan maligno de por si, nos engaña con argumentos deleitantes que intentamos evitar por todos los medios evocando a la tropa completa de las cortes celestiales de principados, arcángeles, ángeles, dominaciones, potestades,virtudes serafines, querubines y tronos. Pero es tantas veces inutil (sobre todo cuando la tentación nos apetece más que comoer con los dedos) que, como el maligno al fin y al cabo perteneció a la corte celestial, se las sabe todas y caemos.

Caemos porque somos humanos, porque somos seres débiles que no nos merecemos mas que el castigo eterno. A no ser, eso sí, que nos arranquemos con una llantina, unos meas culpas, un sentimiento de culpabilidad penitente, unas flagelaciones públicas que compensen nuestro craso error y podamos ser felizmente perdonados para que alegres ya y victoriosos podamos cantar las alabanzas.

ALABARÉEEE, ALABARÉEEE... (sujetadme que empiezo a levitar y me da vértigo)

Y así, hasta la siguiente...

Anónimo dijo...

En cuanto a lo de ir repartiendo carteles admonitorios del fin sepulcral de nuestra adicción me parece estupendo si ello nos sirve como terapia ocupacional. Para mí manejar el photoshop es un entretenimiento que me hace olvidar cualquier pensamiento sobre el tabaco.

Pensar que un fumador reticente y encima con mala leche al verlo le va a dar un pálpito y dos vahídos, va a reclamar las sales e hincado de rodillas entonará el “Perdona a tu pueblo, Señoooor”. Vamos dados... En mis tiempos de fumar me ponen eso delante y suelto la frasecita esa de “de algo se tiene uno que morir” Por lo menos no lo haré calvo y gordo como el cura ese, y vaya frío que están pasando ahí fuera.

La Taberna Fantasma dijo...

Auri, me da que hoy no te has tomado los tankimazines... Pues sí, tienes razón, pero creo que en la entrada anterior ya ha quedado claro esto que tú dices. ¿Y cómo que esta no es una página contra los impresentables? Aquí ponemos a parir a quien nos parece, a ver si vamos a empezar ahora con las tonterías de nuestro cole de monjas anterior. A ver si ahora como el niño fuma hay que comprender que el niño sea un hijodesumadre. ¿Que no es responsable de que Coco fumase? Pues es verdad, no lo es, lo es Coco solita y sola. Pero nen, opino que se puede ser mala persona tanto siendo adicto como sin serlo, y este tipo será un discapacitado moral incluso si algún día deja de fumar. Sabemos que no entrará en razón y que le importamos un bledo pero el sentimiento es mutuo, así que como si se la pica un pollo. Y no pienso tirarle sus despojos a mi gata, que mi niña tiene un paladar educado y no come porquerías.

Berto dijo...

Auriga tú eres el peor de todos. Tú eres el verdadero malvado porque te pones la casulla de santo adicto y vas repartiendo hostias y bendiciones. Pero lo que más te gusta es azuzarnos contra el malvado malvadísimo.
¿A quien indultamos a Coco o a Barrabás?
¡Barrabás, Barrabás, Barrabás!

Yo me lavo las manos que a saber donde las habré metido.

Anónimo dijo...

La Galerna Fanfánica dice:

y este tipo será un discapacitado moral incluso si algún día deja de fumar. Sabemos que no entrará en razón y que le importamos un bledo

Digo yo si antes de ajusticiarlo no tendrá el infame derecho a la defensa y beneficio de la duda, jurista mía.

La Taberna Fantasma dijo...

Si pa eso ya te tiene a ti, Auri... O como dicen en mi pueblo cuando tiran a alguien por el barranco... si no tié sentido del humor pos que se vaya del pueblo...

Anónimo dijo...

Yo también me apunto a firmar la tarjeta, porque si bien es cierto que el no es el culpable directo, no es menos cierto que es el indirecto..
Fumé durante 34 años de mi vida y lo único que creo haber hecho bien en ese tiempo es lo de NO invitar ni pedir cigarrillos a nadie.. En ese tiempo pensaba que fumar era un “mal vicio”, por lo tanto no debía ni alimentárselo a nadie, ni permitir que me lo alimentaran.. si me quedaba sin cigarrillos, cosa que rarísima vez ocurría, me aguantaba las ganas, hasta poderlos comprar, pero no pedía y cuando me ofrecían, tomaba de los míos..
Si el impresentable quiere fumar, que lo haga.. es dueño de sus actos.. igual que nosotros somos los únicos que decidimos si fumamos o no.. pero que no nos den casquillo..
Auriga utilizó las palabras correctas: inestabilidad emocional y distorsión mental.. Siii.. es lo que tenemos los adictos.. poca tolerancia emocional.. magnificamos cualquier hecho, cualquier emoción, cualquier cosa.. y es por eso que a los adictos no se les habla de curación sino de sanación y rehabilitación.. El ejemplo mas simple me lo dieron hace un tiempo: Al tropezarse con una mesa y hacerse daño, el adicto enseguida busca y culpa a quien puso la mesa en ese lugar, en vez de resaltar que estaba descuidado y por eso tropezó.. Debemos “sanar” las emociones.. El tema emociones en la adicción para mi es muy importante, desde el momento que entendí que las adicciones tienen su origen (mas de un 90%) en la parte emocional del individuo.. Hay que trabajar en la búsqueda de una estabilidad emocional para obtener mayor tolerancia emocional.. y eso se logra analizando nuestras reacciones a las emociones..
No quiero parecer una vendedora de mis productos, pero en el blog hemos tocado el tema de las emociones en varias entradas: “Las emociones en la adicción”, “Técnicas de control emocional”, La recuperación transpersonal” y otros.. y estoy segura de que aun queda mucho por decir de ellas..
A todos gracias por sus visitas.. a LTF gracias mil por sus felicitaciones.. y al impresentable: $%^$#%$^^%%&.. Besos a todos.. nieta..

Anónimo dijo...

aclaratoria: "dar casquillo" = tentar.. expresión venezolana, por lo tanto: que no nos den casquillo = que no nos tienten.. (la aclaratoria es porque no se si en España utilizan esa expresión..)

coco dijo...

Bueno, me indulto solita.
Gracias por vuestro apoyo y comprensión.
No esperaba menos.

Al famoso sujeto (que ya tiene club de fans propio), no le he hecho responsable del hecho en ningún momento.

Soy yo la que me fustigo por dejar que me saque de mis casillas semejante impresentable sin ingenio alguno.

Es eso lo que más me martiriza.

Porque sí, el diablo acecha en cada esquina y malas personas van a existir siempre.

Pero a mí que no me afecten. Y no entre yo en su juego.

Porque estoy barajando la posibilidad de pasarme al lado oscuro, que visto lo visto, es el vencedor.

La Taberna Fantasma dijo...

Coco, si lo dices por estas inocentes torturas a las que sometemos al sujeto, no nos las tengas en cuenta, sólo son entretenimientos virtuales. El lado oscuro de verdad se vende en los estancos, y por ahí mejor ni te acerques...

Anónimo dijo...

Es una cuestión de proporción, Coco, que en todas partes hay al menos un mal bicho. Pero quizá estés usando un filtro mental y prestando demasiada atención a este pollo. Mejor piensa en todos los que sí te están apoyando y te sirven de soporte y contención, incluyendo a todos estos que pasan por aquí. Verás las cosas más positivas y te sentirás más respaldada. Y del pollo este, pasando pero mucho.

Berto dijo...

Quiero dar las gracias a nuestra visitante (¿o era hombre?). Me ha parecido muy interesante lo que has expuesto, creo que voy a pensar en ello. Me has dado pistas para buscar nuevos caminos de afrontar viejos problemas.
Me pasaré por vuestro blog.

Anónimo dijo...

Berto, si cuando nuestra visitanta (que no visitante) dice: No quiero parecer una vendedora de mis productos, te hace dudar de su sexo, no creo que sea ahora el momento de ponerte a pensar. Descansa, eres joven y tienes tiempo. Además, fumar para ti ahora sería peligrosísimo. No fumes, hazme caso. Mejor el brubrubururururu... ese que te sale tan bien.

Anónimo dijo...

Ah, se me olvidaba, La Cantina de Parma diría género en lugar de sexo. Es tan deliciosamente gramatical que ella puede; yo, no.

Anónimo dijo...

Por cierto, querido amigo Fénix, el de los pensamientos sensatos. Cuéntanos algo de ti. ¿Cuándo renaciste por última vez de tus cenizas?

Anónimo dijo...

Y puestos a elegir impresentables, me quedo con el que viene de frente y a pecho descubierto a joderte pero bien: "Que quieres dejar de fumar, ains qué risa. Anda fúmate este y déjate de tonerías" Por lo menos lo puedes asesinar in situ sin que te quede sentimiento de culpa.
Peor es el impresentable disfrazado de superioria de la Caridad. ¿Cuánto tiempo llevas sin fumar? -Pos mira, dos meses. -¡Uy! ¿sólo dos meses? pues ten cuidado, muchísimo cuidado, te lo digo por tu bien que ya sabes lo que me preocupo por ti, pero.... la prima de una cuñada de mi abuela llevaba 27 años y recayó y murió deprimida por la desesperación y de un cáncer de pulmón. -Por cierto que una sobrina de una amiga de la reina Juliana está dejando de fumar con la ayuda de el equipo de psicólgos que trata a la reina de Inglaterra. ¿Tú no tienes ninguna ayuda? Pues deberías, no dejes de hacerlo porque me ibas a dejar preocupada, que lo importante es la salud y bastante escuchimizado estás tú como para que se te empeore con una recaída como la que tuvo una prima mía que llevaba sin fumar 32 meses y se fumó un puro en los servicios del Hermés de Lista.

Berto dijo...

Si, otra vez más Auriga detecta el mal enmascarado esta vez de tía tuya o de amiga de tu madre. El demonio toma formas verdaderamente perversas y aberrantes. Lo conoceréis porque suele empezar sus frases con "te lo digo por tu bien". Y si, si y mil veces si, lo peor es cuando te intentan convencer que citanito volvió a fumar después de 25 años, como si 25 años de no fumar fueran un vergonzante fracaso. Claro que yo suelo contestar que con lo que se ahorró se pudo comprar diez abrigos de piel de zorra como la que luce ella cuando se ducha.

Anónimo dijo...

Auriga, la última vez que resurgí de mis cenizas fue hace cinco años pero fue tan jodido (supongo que aquí se puede decir "jodido") que me volví a quemar casi inmediatamente. He intentado dejar el tabaco dos veces. La primera a pelo y duré tres meses. Fallé porque no sabía nada sobre tabaquismo y pensé que uno no importaba. La segunda con parches y poca confianza en conseguirlo. Aún así duré casi seis meses. Recaí un día de extrema tensión en mi trabajo. Ahora sigo fumando y me propongo dejarlo el 5 de septiembre. Si alguien me dice como poner mi fecha en el listado de marcas, la coloco ahora mismo. Mientras tanto, os leo y aprendo, y me doy cuenta de cuán estúpido y listillo he podido llegar a ser. Y sí, tengo la sensación de que esta vez dejar de fumar será como arder, reducirse a cenizas y volver a la vida más más alto y guapo. Y de ahí mi nick, jeje.

Anónimo dijo...

Ummmm, querido amigo Fénix, caíste en la trampa que te tendí y nos has contado tu proceso. Ahora ya podemos despellejarte. ¡¡¡Banzai, y a por él!!! (esto es una licencia de mis infancia de tebeos de Hazañas Bélicas)

Persignémonos, hermanos

La primera en la frente
“Fallé porque no sabía nada sobre tabaquismo y pensé que uno no importaba” Síiiii, sí sabías que importaba, lo sabe todo el mundo, es algo público; pero nuestra adicción se encarga de prepararnos una nube de amnesia para convencernos de que no, de que a nosotros no nos ocurrirá eso, porque nuestro caso es especial. Cuidado con la adicción, Fénix, siempre estará ahí.

La segunda en la boca
“Recaí un día de extrema tensión en mi trabajo”
Vuelvo a mi querida adicción, que tonta no es. Cuando llevo ya un tiempo sin fumar y mi cerebrito adictivo quiere atacar, no puede decir: y ahora para jodel-la bien jodíaaaa, me voy a fumar un pitilliiiiito. No, a eso me negaría. Por tanto utiliza otro sistema que consiste en “dar la vuelta a la tortilla”. No fumo porque tengo un momento de tensión y no me puedo resistir; fumo porque deseo fumar y para ello busco un momento de tensión que lo justifique.
Solución: tengo que estar vigilante de cómo andan mis vaivenes adictivos no cuando hay momentos de tensión (estos podría superarlos fácilmente porque se enciende claramente la alarma roja), sino cuando no hay tensión y no está justificada mi apetencia. Si en estos periodos hay movimientos raros, es que me estoy preparando para cuando llegue un momento de tensión o si hace falta provocarlo (típico cabreo con el pariento o la parienta por el mando de la televisión, portazo, estoy no lo aguanto más, pitillito). Si esto ocurre, da igual que salten alarmas rojas o no, puesto que la decisión estaba tomada de antemano.

La tercera en el pecho
“Ahora sigo fumando y me propongo dejarlo el 5 de septiembre.”
Me imagino que quieres pasar unas vacaciones sin pelear contigo. Es lógico. Pero también es absolutamente ilógico para la forma de pensar que tenemos. Porque mientras fumamos no nos cansamos de decir que lo dejaremos en cuanto encuentre un periodo de tranquilidad. Llegan unas vacaciones y, ¡vaya!, resulta que ese periodo de tranquilidad no me sirve.
Deja de fumar cuando quieras, pero es mejor no justificar la fecha, las justificación siempre será un engaño más de nuestra adicción.
Olvidémonos de las frases “me propongo”, “voy a intentar” y similares que encierran una contingencia. La decisión es absolutamente tuya, o lo haces o no lo haces. Serás tú quien lo logre o no lo logre. Salvo que te obliguen a fumar poniéndote una pistola en el pecho y no desees morir en ese momento, no hay nada ni nadie que pueda cambiar tu decisión: únicamente tú.

Terminada la persignación, nuestro queridísimo Berto te dará la bendición apostólica urbi et orbi.

Amén

PS-1 En cuanto a volver a la vida más alto y más guapo, he consultado en profundidad la mitología, egipcia, griega y romana, y no hay ningún dato sobre eso. Vuelves así sin más, un poquillo chamuscao y con menos tos. No te hagas ilusiones que luego son causas de recaídas por el “yomecrique”. Se recupera, eso sí, la libertad perdida, que no es poco.

PS-2 En cuanto a lo de apuntar tu fecha de comienzo, consulta con La Caverna Fantasmagórica. Si pasas el examen de comprensión de los círculos concéntricos, te explicará con todo lujo de detalles cómo hacerlo.