lunes, 13 de octubre de 2008

¿Y AHORA QUIEN SOY?

Es cierto lo de los cinco meses y medio, LTF. Es impresionante pensado como vos lo decís, y también es cierto que -como los partos - uno se olvida pronto de los padecimientos iniciales. Los ataques de ansiedad, las taquicardias, las disfonías, los ansiolíticos, los miedos (¡yo tuve muchos miedos, es verdad, fue tremendo!) y la soledad profunda, de esa dolorosa que pasamos de a ratos los aspirantes a ex fumadores, las ganas reales (las genuinas que en sí mismas pobrecitas no son la monstruosas de la adicción) de disfrutarse un puchito en tal o cual momento, los ataques de ira, los de tristeza, los de llanto. Todo, todo eso que junto es un padecimiento importante, va pasando y por momentos parece que le ha pasado a otro ¿no? Será que uno se olvida, que se parece a los partos porque parimos un ex fumador y eso es un hecho importante para la vida.
Lo cierto también es que como la crianza, el sostenerse parece no terminar nunca. Como una zanahoria en la nariz que va mutando, allá vamos. Y dejamos la botellita de agua que pareció parte de nuestras manos, y dejamos de caminar como locos, y dejamos de dejar ver a los amigos, y dejamos de temer, y dejamos de comer, y reemplazamos por otras maneras, pero como sabemos, siempre alertas. Siempre en vigilia. Incluso, en lo personal, también voy sintiendo a veces hasta un síndrome del nido vacío, cuando hay días que me cuesta menos o me ocupo mucho de otras cosas y queda espacio, creo que hasta me deprime un poquito ya no estar en la euforia permanente de ser una dejadora.
Yo no se si es la adicción solamente. Creo que para algunos de nosotros el hecho cultural del ser fumador tiene un peso que hace al cigarrillo parte constitutiva de nuestra personalidad. Las gentes de izquierdas fumaban, Los intelectuales fumaban. Las mujeres sexy fumaban. Las mujeres independientes, las divorciadas, fumaban. Los artistas fumaban. Los tíos piolas fumaban. Los que resistían en todas partes, fumaban. Ser fumador en un tiempo no era sólo ser un boludo coptado por las publicidades de marlboro.
Ser fumador, al menos en mi lugar en el mundo, también tenía que ver con una manera de ser y de resistir. Y no quiero decir con esto, no soy tan boba, que la ultra derecha no fuma. Pero hay claramente para mí, y para muchos como yo, una asociación importante entre la adicción al tabaco y muchas elecciones ideológicas, éticas y de valores, del mismo modo que las hay a los momentos de placer o de estrés o lo que ya sabemos.
Auriga, por favor, no empieces a gritarme que no voy a fumar para parecerme un poquito a Janis Joplin, ya no. Ni a Frida. Pero hace tiempo quería escribir sobre esto, porque no lo hace positivo. Ni siquiera lo hace mejor o peor. Pero en mi caso al menos, el querer parecerme a mi tía Dora que fumaba unos via appia mentolados, que era la única maestra rural en 400 km a la redonda y se echaba un pueblo al hombro, por ejemplo, tuvo que ver. Y les parecerá mentira, pero a mis 43, todavía asocio bastante su bravura para poder con todo, con aquel cigarrillo que se fumaba en una tranquera, a la tardecita y paradójicamente ¡a escondidas de mi abuela que decía que las que fuman son todas putas!
Anoche hablaba con una amiga y con uno de mis hijos, y ellos no podían creer que hasta hace quince años, acá se fumaba en los hospitales, encima de los bebés, en los colectivos. Les da muchísima risa cuando lo comentamos. Tampoco pueden creerme porque no lo recuerdan, que hace veinte años nos pasábamos el día entero en la playa y sin filtro solar, y que no se hacía cáncer de piel por eso. Lo que quiero decir es que la evolución del mundo, los cambios de paradigmas y las imágenes que reemplazan a imágenes no siempre son el correlato de que algo bueno nos está pasando. Y no estoy dudando de lo bueno que es dejar de meterse humo en la garganta y fuego en los labios. Estoy diciéndome a misma y quizás especialmente a una que yo conozco, que aunque a veces no parezca, es definitivamente bueno no fumar, que no traicionamos a nada ni a nadie por eso, y que sí, Taberna. Volvemos a ser las mismas.
Solo que nos costará un poco, en el estante de la identidad, acomodar el casillero "y también quisiera fumar como...."

40 comentarios:

La Taberna Fantasma dijo...

La leche, Gabi, menos mal que has expresado tú esta cuestión porque yo no me habría atrevido por no ser capaz de contarlo... Sé exactamente a lo que te refieres pero no puedo aún escribirte mucho sobre eso, supongo que es porque aún lo estoy elaborando. Voy a desmenuzar todo esto tan denso y tan significante que has escrito y luego me daré al placer de pensarlo y pensarte un rato. Qué crack, cagontó....

Anónimo dijo...

Pues claro que sí, Gabriela, fumar, sobre todo en la mujer, fue contestatario. Y eso que Delacroix no pintó a la Libertad fumando, sino con la poitrine en l’air, detalle éste en el que de haberse fijado el revolucionariado femenino hubiera evitado muchos cánceres de pulmón y adelantado con frescura el topless, pero bueno... No obstante, no creo que ninguna mujer reivindicase con ello el derecho al enfisema pulmonar, más difundido entre la especie fumadora masculina.
En la fecha en que estamos, por tanto, recordar con nostalgia el papel del tabaco en la liberación de la mujer y en el triunfo de las izquierdas no es sino un nuevo artilugio de nuestras adicción que rebusca en nuestra mente cualquier vericueto por donde provocar el deseo y la justificación de volver a fumar. Insisto por ello. Estoy convencido que María Antonia de Austria y Luis XVI fumaban, la Libertad, no.

La Taberna Fantasma dijo...

Ayns, anda rondándome por aquí el fantasma del Che con un puro humeante en la boca... Y el caso es que huele bien. En cuanto me desmonte la distorsión cognitiva os cuento.

Anónimo dijo...

De ahí, insisto, lo único que se puede deducir es que al Che le gustaba fumar en puro; no que fumar en puro sirva para liberar al mundo oprimido. Pero por las mismas también podríamos deducir que el aseo personal no era su fuerte y no creo, LTF, que añores a estas alturas ir hecha una guarra y encima que te huela bien.

Gabriela dijo...

Ja,ja.
Ay, Auriga. Me evité ese párrafo aclaratorio acerca del Che y el Puro solamente para leerlo cómo vos lo escribís: claro que fumar un puro no te hace tomar La Moncada por asalto´¡no me trates como a una boba!
Tampoco tengo ninguna melancolía, ni ganas de fumarme un pucho, ni un puro. (Ni siquiera ya tengo muchas ganas de ser contestataria, pero me sale a veces)
Es sólo que también sería una necia si no identificara que todas esas asociaciones que son importantes en mi haberme construido como persona, están ahí, y que son igual de peligrosas que cualquier otra de las que cotidianamente nos tenés que volver a señalar. Por un lado. Y por el otro, creo que par algunas personas, como yo por ejemplo, nos resulta difícil abandonar las armas de las que nos dotamos para resisitir ciertas circunstancia difíciles de la vida. Hablo de la resistencia en general. Cuando yo fumaba en la puerta de la terpaia intensiva de vigilia por mi madre, fumar no era tan clara y socialmente identificado como un suicidio lento y era un gesto comunitario compartirnos el pucho con mis hermanos, como lo era en los fogones estudiantiles dela militancia.
A mi me parece que si todo fuese solo una sunto de respirar hondo y razonar, no habría recaídas. Y que sin entrar a la melancolía, uno tiene que seguir ahondando en las razones por las que - además de ser un idiota - empezó a fumar y no paró nunca.
Mi abuelo, creo que ya te lo conté, murió de cáncer de pulmón a los 80 años y mi padre de enfisema a los 82, y yo seguñi fumando por unos buenos años todavía. Así que si fuese por razonar, yo tendría que estar colgada en la plaza pública. La tía Dora, no. La tía Dora dejó de fumar a los 32, y murió de viejita, viejita trotando por el campo, y más entera que yo.
Como se ve, son muchos los latidos de los que uno está hecho. Y a mi me gusta sentirlos a todos.
No busco excusas para fumar, y lo dicho: estoy vigilándome a todas las que soy. Sobre todo a esa pequeña zurdita huérfana y contestona que habita en la parte de atrás de mis pulmones, ja.

Anónimo dijo...

Reinsisto, la nostalgia de “el gesto comunitario de repartir el pucho con mis hermanos” puede servirnos para entender nuestra vida, consolarnos, comprobar lo maravillosos que somos y mil cosas más; pero en estos momentos de tratamiento de adicción a la nicotina son utilizados por ésta para extraer valores positivos a fumar, valores que subrepticiamente va acumulando hasta aprovechar un momento de debilidad, bajón, ansiedad o lo que sea para asestarnos el tiro de gracia.

Cuando pasado algún tiempo en el recuerdo de los “gestos comunitarios” consideremos el tabaco como algo totalmente circunstancial, será llegado el momento de poder “nostalgizarnos” cuanto queramos.

Creo que se lo comenté ya a Fénix que veo más peligroso la necesidad que tenemos de justificar nuestros pensamientos donde el tabaco lo hacemos protagonista que el deseo directo de fumarse un cigarrillo.

Gabriela dijo...

¡Bueno! ¡Bueno! ¡Está bien! ¡Auriga, a veces parece que hubieras salido de una probeta! Claro que pro momentos el tababco es protagonista en mi memoria, si no ¿qué haría yo acá tratando de domesticar la maldita adicción?

Estoy triste, hace frío, llueve una lluvia gris que no para nunca, todo el mundo está sicotizado con la puta caída de Wall Street y todos los trabajos se paran, estoy cansada, casi todas las cosas me dan ganas de llorar, y casi todas las personas también, y no me importa nada la nostalgia, ni los puros del Che, ni nada, y ¡NI SIQUIERA TENGO GANAS DE FUMAR! ¿Me entendés? Estoy odiando no tener ganas de fumar, y odio saber que fumando igual me pasaría todo exactito como me pasa, o sea: estoy triste, hace frío, llueve una lluvia gris que no para nunca, todo el mundo está sicotizado con la puta caída de Wall Street y todos los trabajos se paran, estoy cansada, casi todas las cosas me dan ganas de llorar, y casi todas las personas también.
No estoy bien. Pero eso no tiene que ver con que tenga ganas de fumar si no todo lo contrario. No tengo ganas de fumar. No fumo, Auriga. No fumo. pero sí recuerdo que me gustaba fumar, y que fumar me hacía sentir -engañosamente- mejor cuando estaba triste, hacía frío, llovía una lluvia gris que no paraba nunca, todo el mundo estaba sicotizado con la puta caída de Wall Street y todos los trabajos se paraban, estaba cansada, casi todas las cosas me daban ganas de llorar, y casi todas las personas también. Y esos cinco minutos de engaño eran al fin y al cabo cinco minutos ¿O no?

Y yo también insisto. No busco excusas para fumar. De hecho ¿las necesito? No, no, no. Necesito acumular excusas para no fumar. Y voy a insistir hasta que me caiga: Me interesa concoer mi adicción, y en eso va también saber a quién quería yo parecerme cuando empecé a fumar además de a mi tía Dora y al vaquero de marlboro.
No es tan complicado Auriga: Yo era una persona que se ponía triste, nerviosa, contenta,feliz, cachonda, cansada u hormónica y FUMABA! Y ahora no. Y ahora no soy esa (parezco Mari Triny,dios mío)
Te mando un abrazo porque sí. ¡Peleón!
Y todos los demás, además de Celejóta....¿dónde están?. Otro abrazo, Celejóta.
Latabérjula, este abandono en plena crisis de identidad, no me pareció.

Anónimo dijo...

¡Ajá! ¡Ahí está lo que ando buscando!: "esos cinco minutos de engaño". Pongo las cartas boca arriba. Echo muchísimo de menos esos cinco minutos durante los cuales al calmar la ansiedad de la ausencia de nicotina me parecía que todo se relajaba, que el mundo era más agradable y que Wall Steet subía como la espuma.

Bien, esa es mi dependencia psicológica. Pues me queda un largo trabajo para conseguir sólo con mis pensamientos esa relajación. ¡Uf! es mucho más difícil porque requiere un esfuerzo de concentración y autodominio. Pero todo es cuestión de práctica, con el tiempo conseguiré aprender a relajarme de forma automática y además me daré cuenta de que razono con más capacidad y domino mejor mis sentimientos y mis impulsos. Habrá costado, pero merecerá la pena.

Y otra cosa que aprenderé es que volver a fumar no sólo consiste en destrozarme la salud, sino dejarme llevar a una dulce, sutil y continuada entrega al anquilosamiento de mi yo.

Lanya dijo...

No sabía si escribir o no, pero he decidido sincerarme y quiero hacerlo brevemente, más que nada porque me da en la nariz que lo poco que voy a decir no va a gustar demasiado... pero soy simple y políticamente incorrecta, y lo peor, no me arrepiento ni de lo primero ni de lo segundo.

Con enorme frecuencia se trata el tema de las "excusas" que nos contamos para volver a fumar...... nadie necesita excusas para fumar ni para no fumar ni para nada.
Yo no fumo porque he decidido no hacerlo, si un día decido fumar , fumaré, ni excusas ni chanfainas, será una decisión criticable, será una estupidez, una barbaridad, lo que queramos, pero será una decisión que yo tomaré y para la que no necesito ponerme excusas ni justificaciones ni nada parecido, que ya soy mayorcita para pretender "adornar" de no se qué mis decisiones, acertadas o erróneas, pero mías.

¿El Che se dedicó a liberar al mundo oprimido?......... ufff

Alhuerto dijo...

Os habeis parado a pensar como sería el mundo actualmente si nunca hubiera existido el tabaco??
Ahora pensad lo mismo con cualquier otra cosa....por ej. las pilas recargables.

A que el mundo sería el mismo sin tabaco y en cambio con las pilas recargables algo habría cambiado??

Fumar es un puto vicio adquirido, la visión social del Che con un puro en la boca hubiera sido el mismo si hubiese llevado una rama de apio.

CLJ dijo...

Pues a mi lo que me pasa actualmente es que cuando estoy con alguien fumador, al primer instante pienso "uisss que bueno un cigarrin", pero al segundo siguiente me llega el humo, se me revuelven las tripas y pienso "pero esto me he estado metiendo yo?? habré sido gilipollas??" y se me pasa y en vez de estar todo el día angustiada con lo de no fumar, pienso que ya no me gusta ni siquiera el olor del tabaco, y que entonces por qué seguir pensando en ello?...
Ahora la verdad, es que hay mañanas o tardes en los que no me acuerdo del cigarro, y no lo hecho en falta. Supongo que ya me tocará la fase esta de la que habláis de que te entran unas ganas terribles o de esa angustia imposible de aguantar. Pero ahora no. Si que es cierto que pasé hace poco 3 o 5 dias un poco más jorobada, hasta un día llorando sin saber por qué, pero nada más.
Por desgracia, estoy pasando un momento un poco duro, aunque no me afecte a mi directamente, me está afectando, y no estoy pensando en que me echaría un cigarro a la boca porque estoy mal.
Hasta yo estoy sorprendida, la verdad. También estoy orgullosa de mi misma y mucho.

Estoy de acuerdo en que no hay excusas que valgan para volver o no volver a fumar, sino que es una decisión personal e intransferible y que nadie más que nosotros mismos seremos los responsables de cualquier decisión que tomemos hasta sus ultimas consecuencias y no el resto del mundo, o un suceso, o un problema.

Anónimo dijo...

Por supuesto, Lanya, esa es la teoría, volvemos a fumar porque queremos. Pero como eso queda fatal y como de niño tonto, es normal que para el gran público busquemos un motivo absolutamente fehaciente que justifique nuestra personal decisión. Motivo que, por supuesto, nadie se cree, pero que nos sirve para aquello de: Vale, yo hago que me creo tu "chanfaina", pero cuando yo te cuente la mía, tú haces lo mismo. Y todos felicísimos.

CLJ dijo...

Si Auri, tienes razón, pero yo creo que ya no somos ninguno de nosotros unos niños y que eso sería autoengañarnos, y querer engañar al resto del personal buscando un motivo cuando simplemente hay que decir "porque he querido y ya está". Creo que no hay que dar tantas explicaciones de por que tomas algunas decisiones en tu vida no?

CLJ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Pero la cuestión es que muchas veces nos comportamos como niños, muchas veces nos autoengañamos y muchas veces queremos engañar al resto del personal.

No creo que ello sea ni buen ni malo, ni regular ni todo lo contrario, allá cada cual; pero nuestra adicción se aprovecha ahí para debilitarnos.

Con el tiempo que llevo en esto de dejar el tabaco puedo decir que la teoría me la sé requetebién; pero también durante este tiempo he comprobado que toda la teoría que me sé y dos enciclopedias más no evitan que de vez en cuando llegue el deseo de agarrar un cigarrillo. De ahí intuyo que a mi adicción se la refanfinfla bastante toda la toería que yo me aprenda.

Lanya dijo...

Veamos, no se trata de que nos autoengañemos sino que en realidad lo que hacemos en intentar engañar al resto para no quedar del todo mal ¿no?. Vale, eso si me lo creo.

CLJ estoy completamente de acuerdo contigo. Quizá por eso a veces parezco dura o fría... o simple... pero es que no entiendo por que, a esta alturas, después de ya varios meses dando vueltas a esto y aquello relacionado con dejar de fumar, no somos capaces de dejarnos de sutilezas y circunloquios y decir directamente que si queremos no volveremos a fumar y que si volvemos a fumar será porque nos ha dado la real gana de fumar y punto.

No empecé a fumar por querer parecerme a nadie, ni por querer parecer ni mayor ni más sofisticada ni nada parecido. Empecé a fumar porque en mi casa todo el mundo fumaba, empecé dando caladas con toda naturalidad a los cigarros de mi madre o de mi tía, les cogía su cigarro del cenicero o incluso de su mano.
Y tampoco he dejado de fumar por lo que pueda decir nadie, incñuso me indignan las campañas antitabaco en las que se "maltrata" al fumador y me sacaba de quicio que en mi casa cada dos por tres me recordasen que tenía que dejar de fumar.

Dejé de fumar cuando yo deicidí dejarlo, cuando me sentí capaz de dejarlo o cuando estuve dispuesta a pasar los malos ratos que sabía que iba a pasar, que he pasado y que con toda seguridad pasaré aun... ajo y agua, y si no me gusta ya se como evitarlos, 3 euros cuesta una cajetilla, Yo decido.

Creo que no volveré a fumar (nunca se puede decir de este agua no beberé así que prefiero poner "creo" que "se"), pero si alguna vez vuelvo a fumar será porque en un momento dado YO decida coger un cigarro y fumármelo, y lo de menos serán las sandeces que luego me dediqué a contar a unos y a otros.

Me "has robado" la expresión CLJ, creo que ya somos mayorcitos como para llamar a las cosas por su nombre y afrontarlas como son.

No creo que ello sea ni buen ni malo, ni regular ni todo lo contrario, allá cada cual; pero nuestra adicción se aprovecha ahí para debilitarnos.

Auri, pues quizá si dejamos de comportarnos como niños y plantamos cara a nuestra adicción como adultos responsables, quizá así las cosas funcionen mejor... yo al menos me sentiré menos ridícula y sólo hay una cosa que me haga sentirme peor que hacer el ridículo ante alguien, y es hacerlo ante mi misma.

CLJ dijo...

Pues tienes que lograr que tu adicción no te pueda chiquillo.
Si no, coje las enciclopedias esas y dejalas caer sobre tus piececitos, ya verás como ya no es sólo la teoría, sino también la práctica, la que te recuerda, que si caes, te caeran encima toda esa sabiduría que has sembrado por estos derroteros y por otros (y son pesados esos libros, que conste).
Gracias a que me encabronaste una vez, aquí estoy en la lucha diaria y me leo muchas veces tus comentarios porque son casi mejores que el libro de Allen Carr, aunque a veces, como no los leas despacio, no te enteras de na, incluso, algunos ni leyendolos muy pero que muy despacio.
Lo dicho, cuando tu adicción venga a darte por culo, dímelo y si quieres, sólo si quieres, te encabrono. Ya verás como se va asustadito del to.

Lanya dijo...

Pero Auri, es que el que nos venga el deseo de agarrar un cigarrillo ¡es normal!

No se trata de que nuestra adicción haga o diga o intente nada, se trata de que durante muchos años hemos fumado entre 15 y 30 cigarrillos diarios (cada cual que se enganche a la cifra que mejor le vaya), fumábamos al levantarnos, antes de comer, después de comer, hablando por teléfono, leyendo, conduciendo... TODO lo que hemos hecho durante estos años lo hemos hecho antes o después de fumar, o fumando.
No podemos pretender que en unos meses eso se borre de nuestras cabezas.

Y eso no es malo, es sencilla y simplemente normal, molesto pero normal.

Anónimo dijo...

Yo no he dicho que no sea normal. Pero según la teoría es algo tan absurdo que no debería pasarnos por la cabeza. Con lo cual la teroía es muy bonita, pero...

y, por cierto, no sé qué tiene de malo comportarse como niños, si era cuando más nos divertíamos...

CLJ dijo...

La teoría como todo en esta vida es relativa, según desde el punto desde el que se mire y quien lo mire. Hay tantas cosas absurdas en esta vida en las qué caemos, muchas veces sin darnos cuenta que... para que contarlas no? Mas que otra cosa porque nos sentiríamos ridículos, aunque sean tonterías, pero estamos acostumbrados a pensar que esa tontería en la que hemos caído el de al lado no habría caído y por eso no lo decimos para no sentirnos ridículos, cuando el de al lado a lo mejor a caído 50 veces y tampoco lo ha dicho. Y si lo decimos siempre ponemos excusas o echamos la culpa a otro.
Es cierto que cuando eramos niños nos divertiamos mucho, pero porque no teníamos el sentido de la responsabilidad, el de la vergüenza y la seriedad tan agudizados como a nuestros años (cada uno los que tenga). No teníamos tantas manías que cada año son más exageradas y cada vez nos fiamos menos de la gente que nos rodea. Somos peor pensados y cuando eramos niños eramos pura inocencia.
Por eso le damos tantas vueltas a las cosas que pensamos, sobre la teoría y la práctica, porque no eres un niño y como no lo eres no puedes evitarlo y piensas y piensas y le das más vueltas. Todo porque no puedes comportarte como lo que no eres.
A un niño, no le das algo y dependiendo de la edad, se cojerá una rabieta en un grado u en otro. No lo conseguirá porque el adulto no se lo dará.
Tu ya eres adulto y si quieres algo lo cojes sin más. Eso sí, piensas si es o no para ti y el interés y las ganas que tienes en lograrlo y muchas veces aunque lo quieres con todas tus fuerzas, no es bueno para ti, y es cuando surje la rabieta interior, y eso se le puede llamar adicción, mono o como quieras.

Anónimo dijo...

Mierda, esto no se acaba nunca. Ya son seis meses y una semana. Y a ratos me apetece sueño que vuelvo a fumar y en mi sueño me digo a mi mismo que mañana lo dejo, que si se lo dije a Celejota en su recaida para mí también vale. Y entonces fumo con más fruición y me siento más culpable y me despierto y me alegro de que no fumo y me moriría por volver a fumar.
Estos días se me ha pasado por la cabeza encender un cigarrillo y decir ¿excusas, quien coño tiene mejor excusa que la de ser un adicto?
Y los comentarios de gente que vuelve después de un año se me quedan grabados como a fuego como si todo lo que hago no sirviera para nada porque lo que yo quiero es la vacuna y eso no lo hay. Yo quiero la vacuna para dejar de fumar y volver a poder a empezar a fumar, porque yo lo que quiero es fumar, sin excusas y sin nada.
En diez minutos se me pasará el berrinche, así que no os lo toméis muy en serio. O si, tomadlo muy en serio porque sabeis de lo que hablo y que es lo que nos pasa a todos.
Gracias Latifah por este blog maravilloso.

La Taberna Fantasma dijo...

No sé si estoy captando bien el fondo de la polémica, la verdad. Ojalá tuviese yo ese sentido de lo unívoco que tiene Lanya para tener así de claro que si fumo es porque quiero. O bien yo soy muy complicada o soy tonta del todo y se me figuran duendes los dedos de la mano, una de dos. Identificar los propios deseos me parece una de las tareas más arduas de la vida. Los motores del deseo son el placer, la moral, la ética, la autoafirmación, el amor, la seguridad, la salud (lista no exahustiva, los publicistas lo tienen muy estudiado)... queremos aquello que nos proporciona esas cosas y el problema surge cuando estos fines entran en contradicción. ¿Quiero yo esta tarde ir de funeral y pasar el malísimo rato que me supone? Pues no. ¿Quiero acompañar el dolor de la familia afectada y hacerla sentir que no está sola? Pues sí. Así que cuando esta mañana me han preguntado... ¿quieres ir al funeral? He contestado que sí y he sido sincera.

He pasado muchos años fumando sin querer fumar. Simplemente porque no podía evitarlo (algún ser de inteligencia superior dirá... es porque creías que no podías evitarlo pero sí que podías... pero para el caso es lo mismo). No tenía la libertad de decidir si quería fumar o no, así que no considero que estuviese realizando mis deseos porque no tenía opción posible. Nuestra salud mental previene estas frustraciones con muchos mecanismos de defensa, entre otros los convincentes diálogos interiores que nos contamos para hacernos creer que lo tenemos todo controlado, que hemos decidido nosotros y hemos tomado la mejor decisión posible, y nos contamos argumentos para defender nuestras elecciones a capa y espada. Este mecanismo, estudiado hasta la saciedad en psicología, se llama reducción de disonancias cognitivas, y su versión más redonda consiste en afirmar "Hice esto porque lo decidí libremente e hice muy bien por esto y por esto". Este diálogo interior, lejos de suponer una excusa, supone una salvaguarda de la paz mental, la autoestima y el equilibrio emocional, por lo que en el fondo envidio a las personas a las que esto les sale solo y naturalmente sin proponérselo. Se vive mucho mejor en la mayoría de los casos. El problema surge cuando te das cuenta de que la "decisión tomada" te está matando y tienes que contrargumentar el diálogo interior que llevas años fabricando. Se acabó la reducción de la disonancia, el conflicto queda al descubierto y te sientes una M. En fin, son los costes de la toma de conciencia personal y de las riendas de las situaciones.

A mí esa disonancia me hacía pensar que fumaba porque me daba la gana, porque nadie me decía lo que tenía que hacer, porque era librepensadora y librehacedora y administraba mi cáncer como me parecía oportuno, convirtiendo la frustración de no poder escoger fumar o no en satisfacción por la "libre decisión" de fumar, la única posible. Así de retorcido y así de simple. Ahora debo contrargumentar y ahora sé los trucos que uso para engañarme, así que no puedo permitirme el lujo de contarme milongas poco convincentes. Ahora debo argumentar con verdad, en toda su complejidad y en todo su matiz.

Aunque la postura de Lanya me parece legítima y más envidiable que otra cosa, siento decir que en mi opinión es fruto de la intervención oportuna de sus mecanismos de defensa contra la frustración, que reducen disonancias con la contundencia de los elefantes. Si ella lo interpreta así o de otra forma es lo de menos, lo importante es que le funciona y que no fuma, que es de lo que se trata. Servidora lo tiene más complicado.

Por lo demás, yo me siento muy reflejada en la narración de Gabi, y no añado nada porque lo ha dicho todo y además con mucho mimo. Cuando éramos adolescentes necesitábamos expresar identidad y pertenencia a través de la ropa, la música, el lenguaje... También los adultos nos buscamos muletas, accesorios que visibilicen lo esencial, aunque lo hacemos de forma más sofisticada. A veces confundimos el accesorio con lo esencial, el medio con el fin, y a esto se le llama fundamentalismo. Si además el medio o accesorio es adictivo, la reducción de la disonancia puede llegar a ser de tal magnitud que nos pasemos la vida convencidos de ser los reyes del mambo.

En fin, todo este rollo macabeo para decir lo que ya había dicho el del huerto mucho más eficiente y eficazmente, que el Che habría sido el mismo con una rama de apio en la boca.

(CLJ, he leído tus cosas. No puedes evitar que estas cosas pasen, pero sí que te hagan fumar. Me alegra leerte con el ánimo más alto.)

Y Gabi, si sabiendo lo que sabemos, habiéndonos asomado al plexo y habiendo visto lo que hemos visto, aún así necesitamos esas muletas... es que algo no nos funciona y tenemos que darle una vuelta... y no es un reproche, que vamos las dos en el mismo saco.

CLJ dijo...

TOMA YA. DESDE LUEGO YA SE POR QUÉ TU Y AURI OS LLEVAIS DE MARAVILLA. CON ESE LENGUAJE TAN ENREVESADO (O CULTO, SEGUN SE MIRE).
Voy a coger el diccionario e intentar desmenuzar todo lo que has dicho, para cerciorarme que lo he entendido bien. Vamos, que voy a hacer un tratamiento de texto, vale??

La Taberna Fantasma dijo...

Uy, nos hemos pisao, Berto... Que no, que es de todxs, leñe... Siento decirte que no hay vacuna, aunque al final sí que hay premio. Es tipo Ítaca, pero premio a fin de cuentas...

Anónimo dijo...

Pues pongo a Dios por testigo que a mi tía Virginia el Che le habría caído menos mal un poco más peinadito y con un troncho de apio en la boca. Y es que era una entusiasta del apio. Del apio y de unos cigarrillos de colorines con filtro dorado que se traía de Andorra y que se fumaba a escondidas de mi abuela. ¿Veis? Estoy convencidísimo que no era nada adicta al tabaco, yo creo que lo utilizaba para hacerse la putiflai delante del espejo. Pero del apio..., el apio lo comía a manojos.

La Taberna Fantasma dijo...

Auri... putiflai...???

Jajajajajajajajajajjajajaja..!!

Anónimo dijo...

Distínguese la putiflai de la peripatética común en que la primera va más bien de chica de alterne en clubs de luces tenues para pagar el colegio de los niños, los plazos de la lavadora y la hipoteca del piso, desde que el marío, que mala puñalá le den, se fue una noche por tabaco. Intenta poner sonrisa de Marlene Dietrich a punto de ser fusilada mientras escucha un rollo patatero absoluto de un casado aburrido ahito de güisqui de garrafón.

La segunda es más de menerar el bolso y dejarse de historias.

Anónimo dijo...

vamos, que lo que hacía tu tía Virginia era hacerse la pilingui pero sin hacer cosas que dejaran marca. Lo que se llama una pervertida con riesgo calculado.

Anónimo dijo...

vamos, que lo que hacía tu tía Virginia era hacerse la pilingui pero sin hacer cosas que dejaran marca. Lo que se llama una pervertida con riesgo calculado.

Anónimo dijo...

Algo así, pero muy mentalmente como el gatillazo del otro...

Lanya dijo...

Reconozco que me encanta esto de discutir :)

Lo de comportarnos como niños, yo es que soy más de comportarme como si tuviera 40 años, a los 20 intentaba comportarme como si tuviera 20 y a los 60 espero comportarme como si tuviera 60, supongo que a muchos esto les parecerá aburrido, pero es que yo soy muy simple para todo ;)

Auri, esa teoría que mencionas que mantiene que es absurdo tener ganar de fumar no se si será bonita o no, pero me parece poco acertada... a mi lo que me parece absurdo es sorprenderse ante algo normal y lógico, y me parece que es normal y lógico que después de tirarme unos 25 años fumando al rededor de 30 cigarros diarios, 5 meses después de no fumar aun lo eche de menos.

La solución sería borrar de mi cabeza el recuerdo de esos cerca de 280.000 cigarritos que me he fumado, pero igual que la vacuna de berto, no existe la pastillita que borra de nuestro cerebro esto o aquello de forma selectiva.
Son muchos cigarros fumados conscientemente (lo de voluntaria o no voluntariamente lo dejamos para luego) como para pretender ahora que chiscando los dedos se nos olviden.

Tabi, ahora voy a por ti (jejeje) ¿no creerías que t librabas? ¡¡¡¿si?!!! jojojo ingenua

Reducción de disonancias cognitivas (...) su versión más redonda consiste en afirmar "Hice esto porque lo decidí libremente e hice muy bien por esto y por esto".

Pos vale, pero maticemos: no se si yo seré ejemplo de la reducción de disonancias cognitivas, pero lo que sí puedo asegurar es que no soy un ejemplo de su versión más redonda porque jamás he dicho ni diría eso de “e hice muy bien”, todo lo contrario.

De todas formas debo reconocer que soy un poco escéptica con esto de la psicología... me pasa un poco lo mismo que con los milagros de Lourdes y/o Fátima, con las meigas gallegas o con los espíritus que se dedican a visitarnos... que no digo yo que no sea así, pero hay un no se qué que no termina de convencerme........

El que yo tome decisiones no quiere decir ni mucho menos que crea que esas decisiones son siempre correctas ¡qué más quisiera yo que acertar siempre! ¿Pero es que hay alguien capaz de eso?
Ahora bien, me repatea en el hígado que me intenten engañar, pero más aun que quien lo intente sea yo misma. Me equivocaré o no, eso ya se verá, pero al menos lo haré con sinceridad, sin intentar esconderme tras manidas excusas ni absurdos intentos de mentirme cuando no me voy a creer.

Eso si, Tabi, todo esto lo digo de mi, me refiero a mi, a lo que yo pienso, a como yo me veo a mi misma. No pretendo ni de lejos decir que sea ni que deba ser válido para nadie más.
Si ya sabes que soy muy rarita, ¿de qué te extrañas a estas alturas? ;)

La Taberna Fantasma dijo...

Pero Lanya, todo esto que cuento sucede a un nivel inconsciente. Si te dieras cuenta de que sucede y aún así te lo tragaras estaríamos hablando de otra cosa, reina. Pues claro que tú no crees que todas tus decisiones sean correctas, ni que fueras boba!! Eso sólo lo creen estupendos como mi jefe. Es un mecanismo de defensa INCONSCIENTE que nos opera a casi todos (digo casi porque hay algunos a los que les opera al revés y es muy problemático) y sirve para que no nos paremos constantemente a dudar si hemos hecho bien y podamos concluir nuestros proyectos. Hace falta una cierta capacidad de autodistanciamiento para detectarlo, que se adquiere 1, queriendo, 2, aprendiendo, 3, con tiempo. Que no digo que no seas CAPAZ de verlo si te lo propones, pero si ni siquiera crees que funcione así pues no lo detectarás, claro.

En cualquier caso, es lo de menos, Lanya. Yo creo que los mecanismos de la adicción funcionan así después de mucho documentarme y observarme y por eso enfoco mi proceso con estas herramientas personales. Tú crees que operan en distinta forma y que es una cuestión de decisión personal sin adornos. Esto refleja básicamente que somos distintas y que una lincesa y una fantasma no se parecen en nada. Supongo que la necesidad de explorar más estas cuestiones me ha surgido a mí y no a ti porque a mí no me funcionó tu enfoque, que es el primero que una se plantea, pues fracasé dos veces. A ti en cambio te está funcionando y de eso se trata, de que no fumes.

Y al margen de esto... mira que comparar la psicología con lo de Fátima... jajajajaja... eres incorregible... La Psicología se funda en la observación sistemática y rigurosa y usa el método experimental aunque con limitaciones, conforma un sistema de conocimiento y se la considera una disciplina científica. En cambio, que tres niñas vean a la Virgen en una cueva puede ser más o menos curioso según gustos pero de ahí a que eso sea creíble... en fin...

Lo de los espíritus es diferente, ¿ves? Ahí sí que no te la paso, porque una misma y su sábana es el espíritu de un tal Chesterton al que le gustaba el queso y el vinillo tinto...

Anónimo dijo...

Mon dieu, qué actividad frenética en dos días que no vengo! Cada un@ construye su particular fantasía alrededor del tabaco pues el estilo de reducción de la disonancia es algo muy personal... El estilo de Gabriela está muy extendido en mis ambientes y yo lo siento de una forma muy parecida, sí. Yo soy fumador porque el mundo me ha hecho así... Y soy tan pero tan profundo y me ocupo tanto de las cosas realmente importantes como por ejemplo la revolución y la justicia social que este asunto de envenenarme poco a poco hasta el enfisema no me preocupa, las cosas materiales no me preocupan, el cuidado del cuerpo es cosa de l@s personas materialistas y superficiales que sólo piensan en sí mismas, individualistas es lo que son, yo pienso más allá... y convierto la adicción en una profesión de fe y en una opción cuasi-política. Y cuando argumento que debo dejar de fumar porque me estoy matando y que puedo separar el tabaco de todo lo demás, mi diálogo interior me dice que soy un pequeño traidor y que me vendo al culto al cuerpo... Absurdo, sí, Auriga, Lanya, lo sé. Igual que Gabi y Tabi (Gabi y Tabi, Tabi y Gabi... jajajaja) no soy tan tonto, ya sé que es absurdo, pero también sé que mi pensamiento automático va por ahí y es lo que debo combatir. Lanya, deduzco que tus opciones políticas son distintas pero a los efectos de cómo el tabaco se nos aposenta en nuestras construcciones personales da exactamente igual. En tu concepción el tabaco se convertirá en una excusa para otras cosas. En la mía y la de otras personas cuyo mundo simbólico es parecido es muy habitual que el tabaco y lo político compartan un espacio que debemos separar.

Respecto a lo de la psicología... ya sabéis que yo soy un convencido del método psicológico para dejar de fumar, así que no digo más... jejeje... pero también pienso que más importante que el método es el resultado. Hay personas más dadas a este tipo de disquisiciones y personas que no las conocen o no las necesitan, y no hay que darle más importancia. Si lleva sin fumar... cuánto? como seis meses, no? y sin entrar en estas cuestiones, pues será que le va bien y eso es lo que importa.

Anónimo dijo...

Que sí, Auriga, que se me ha ido una arroba, que te veo venir derecho... Castígame señor, castígameeeeee...

Circe dijo...

Gabriela, te dejo estos enlaces curiosos que vienen a mostrar caminos convergentes con lo que planteas. Cuidado con el segundo que da muchas ganas de fumar...

http://www.soitu.es/soitu/
2007/12/07/info/1197049163_
274186.html

http://laresistencialibertaria.
blogspot.com/2007/09/sobre-el-
cigarrillo.html

Como nunca salen enteros, los he partido en tres líneas. Un abrazo!

Gabriela dijo...

¡Gracias! Si llego a fumar, sabrás de mi!!!!
Ja.

Lanya dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lanya dijo...

Pfffffffff creí que aun me quedaba una neurona, demenciada, pero viva, pero no, ni esa me queda ya.
El comentario que aparece como suprimido a las 11:07 es mío, y lo he suprimido por error, y con el consiguiente cabreo porque como supondreis no era precisamente corto (jeje).
Pero es que la cosa no termina ahí, es que ese comentario lo escribí ayer pero no debí darle a publicar comentario ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡así que va la tercera vez que lo escriboooo!!!!!!!!!

¿Se puede ser más inútil?

¡¡¡Ya se que no!!! era una pregunta retórica ¡¡¡leñe!!!

Lanya dijo...

Le decía a Tabi que yo no comparo la psicología con Fátima o los espíritus, etc., simplemente digo que todas esas cosas me merecen todo mi respeto y que no dudo que sean ciertas, pero a mi no terminan de convencerme.
De todas formas, de ser un comentario injusto, lo es más para Fátima que para la Psicología, dado que yo no estaba en Fátima cuando las supuestas apariciones, ni he ido a Fátima para nada, ni tengo previsto ir, pero por desgracia si que he tenido relación directa con psicólogos, todos ellos buenísimos y experimentadísimos y brillantísimos, que nos aseguraron que mi hijo tenía todo tipo de problemas y para que contar los que aun no tenía pero que segurísimo iba a tener.

Un año de pruebas y revisiones e informes y esperas... y psicólogos, muchos psicólogos... y mucha angustia, angustia gratuita porque como aseguró desde el principio su neonatólogo y pediatra, al niño no le pasaba nada ni tenía por qué pasarle nada en el futuro.
El niño ya tiene 8 años, y para sorpresa de aquellas eminencias ¡es capaz de andar!, y no es coña, porque ellos aseguraron que hasta para andar iba a tener problemas... pues anda, salta, corre, habla, juega, estudia y se relaciona con el mundo que le rodea como cualquier niño de su edad... sí, y se lleva todas las broncas que se merece, ¡faltaría más! jeje

De todas formas estoy segura de que hay psicólogos que saben lo que dicen cuando hablan, otro problema es que yo no he tratado con ningúno de ellos, pero nunca es tarde si la dicha es buena :)

Y respecto a los espíritus, Tabi, ¡¡¡pues lo que yo decía!!! si ya sabía yo que no era lógico que nos hicierais tantas visitas pa'ná ¡¡¡venís a comer y a beber!!! ;)

Lanya dijo...

Fénix, yo es que soy muy simple, de veras, lo digo y lo repito y tengo la sensación de que no se me termina de creer, pero es verdad, yo me comparo con el resto de personas y siempre concluyo lo mismo "hija, que simple eres".

En serio, jamás he usado el tabaco como excusa para nada, yo empecé a fumar poco a poco, nunca me mareó, nunca me sentó mal ni mucho menos vomité... empecé a dar caladas al cigarro de mi madre o de mi tía, alguna vez lo hice con el de mi padre pero fumaba negro y no me resultaba agradable así que no lo volví a hacer.
Poco a poco el número de caladas fue aumentando, hasta que se empezó a oir a mi madre diciendo aquello de "Oye guapa, que te has fumado mi cigarro" y yo decía ¡halaaaa exagerada, si sólo han sido un par de caladas"... si si, un par de docenas...
Y de ahí pasé a coger cigarros de su cajetilla, hasta que un día me dijo "Oye guapa, si quieres fumar cómprate el tabaco, que contigo no hay forma de saber cuánto me queda".
Que sí, que es una historia simple y aburrida, chico, que le voy a hacer, es que yo soy simple y aburrida.

En cuanto a mis opciones políticas, pos sí, me da a mi en la nariz que son distintas (simple y aburrida pero muy intuitiva jejeje) pero la verdad es que nunca se me hubiera ocurrido que se pudieran mezclar las ideas políticas con las razones para fumar, como dice el dicho popular a la cama no te irás sin saber una cosa más :)